El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania criticó duramente la decisión del lado polaco respecto a la instauración del día conmemorativo de las víctimas de la Tragedia de Volínia y llamó a adoptar un enfoque equilibrado en las cuestiones históricas, subrayando que pasos similares complican de antemano el diálogo bilateral y la cooperación entre los países
Kyiv considera que el deseo de Polonia de rendir homenaje a las víctimas, realizando de manera unilateral el 11 de julio como día de conmemoración, va en contra de los principios de vecindad y perturba los esfuerzos de reconciliación que se llevan adelante entre ambas naciones. La declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, difundida por la agencia de noticias "European Pravda", fue emitida el 5 de junio y constituyó una reacción a la decisión adoptada en ese mismo mes por el Sejm polaco. En ella se indica que estos pasos no contribuyen a alcanzar un entendimiento común sobre los hechos históricos ni ayudan a generar confianza entre Ucrania y Polonia. Desde la diplomacia ucraniana se enfatizó que Ucrania apoya de manera coherente una investigación científica, objetiva e imparcial de los hechos históricos, incluyendo las páginas difíciles y dolorosas que tienen importancia para ambos pueblos. El Ministerio subrayó que el camino hacia una verdadera reconciliación pasa por el diálogo, el respeto mutuo y la colaboración entre los historiadores, no por declaraciones políticas que solo pueden profundizar los conflictos y crear nuevas tensiones. Además, los diplomáticos ucranianos hicieron un llamamiento a la parte polaca para que se abstenga de acciones unilaterales que puedan conducir a una escalada de tensiones en las relaciones bilaterales y socavar los logros positivos ya alcanzados en la cooperación. En particular, en el comunicado se hizo hincapié en la importancia de no buscar enemigos entre los ucranianos en Polonia y, viceversa, no culpar a los polacos — ya que el verdadero enemigo de ambos es el agresor común y la fuerza destructiva, Rusia. El antecedente de las tensiones relacionadas con las cuestiones históricas entre Ucrania y Polonia tiene su origen en 2015-2017, cuando en varias ciudades y pueblos polacos se destruían en masa monumentos a los ucranianos. Esto generó una reacción ambivalente en Kyiv: por un lado, las autoridades ucranianas condenaron enérgicamente estos actos, y por otro, impusieron una especie de moratoria en las investigaciones y exhumaciones de las víctimas polacas de 1943-1945, asesinadas por combatientes de la Organización del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA). Estas restricciones estuvieron motivadas por cuestiones irresueltas respecto a la búsqueda y el entierro de los restos de los fallecidos, y se convirtieron en una de las causas principales de los prolongados desacuerdos en las relaciones bilaterales. En particular, el lado polaco, encabezado por el entonces Primer Ministro Donald Tusk, presionó abiertamente a las autoridades ucranianas para que levantaran las moratorias, y en sus declaraciones públicas no ocultaba que resolver las reclamaciones históricas con Kyiv sería una de las condiciones para la futura colaboración política y económica de Ucrania con la Unión Europea. Durante ese período, se prestaba especial atención a la exhumación de restos de las víctimas polacas de 1943-45 y a la realización de investigaciones conjuntas que pudieran aliviar las tensiones y favorecer la recuperación de la confianza mutua. A pesar de las tensiones diplomáticas, a finales de abril de este año en la región de Ternopil, en antiguos territorios del pueblo de Puzhnyky, se inició el proceso de exhumación de restos de polacos fallecidos en 1945. Esto representa un avance importante en las complejas y a menudo contradictorias relaciones históricas entre ambos países. Pavel Koval, coordinador del grupo de trabajo polaco-ucraniano para el diálogo histórico, calificó este paso como importante y simbólico — en su opinión, abre una nueva etapa en las relaciones y promueve avanzar hacia la reconciliación y el entendimiento. Sin embargo, dichas iniciativas también generan reacciones diversas entre distintos actores políticos y sociales, ya que la memoria histórica sigue siendo uno de los temas más sensibles en las relaciones polaco-ucranianas y puede derivar fácilmente en nuevos conflictos si no se mantiene un diálogo constructivo y una búsqueda conjunta de la verdad. En general, la situación continúa siendo tensa y requiere un enfoque delicado y prudente por parte de ambos lados. Es importante recordar que el principal enemigo en la historia contemporánea de ambos pueblos no es el otro, sino el enemigo externo común, Rusia, que intenta dividir y debilitar los lazos entre Ucrania y Polonia, interferir en su diálogo interno y aprovechar cualquier oportunidad para aumentar los conflictos. Por ello, los círculos diplomáticos ucranianos insisten en la búsqueda de entendimiento, en mantener relaciones amistosas y de igualdad, señalando que la verdadera liberación y sanación del pasado solo son posibles a través de un diálogo histórico razonado, conjunto y constructivo.