Donald Trump expresó su aprobación de la operación «Red de Araña» — una operación encubierta estadounidense-ucraniana para destruir la aviación estratégica rusa, que, según sus palabras, es «genial» y «muy potente»
Esto fue reportado por fuentes confiables del periódico estadounidense Axios, basándose en sus propios informantes anónimos. Según su análisis, el ex presidente de EE. UU. habla de esta operación con entusiasmo y la aprueba activamente. Al mismo tiempo, comentan los interlocutores que, en público, Trump permaneció reservado e incluso contuvo sus emociones respecto al conflicto directo y la agresión de Ucrania, considerando la sensibilidad diplomática de la situación. Sin embargo, en cuanto a sentimientos internos, una fuente cercana a él destacó que Trump estaba "emocionado" por la operación. Una de sus personas de confianza incluso describió que el presidente se involucró en la aprobación con un impulso instintivo: "Lo suficientemente fuerte — decía —, él considera que esta operación es genial". Otra fuente añadió que, reaccionando con empatía ante las noticias sobre la operación especial, él estaba completamente satisfecho con su nivel y escala. Las fuentes informan que uno de los asistentes de Trump comparó la situación con el ataque de los drones ucranianos con "un chihuahua mordiendo ruidosamente un perro mucho más grande". Esto significa que, según analistas anteriormente expresados, incluso acciones pequeñas contribuyen a consecuencias de gran escala en el campo de batalla y afectan la situación estratégica en la región. Por otro lado, en círculos de la dirigencia estadounidense surgieron muchas inquietudes sobre las posibles repercusiones del ataque ucraniano. Según varios informantes, en los últimos días Trump discutió con sus asesores una posible escalada y advirtió que las acciones de los drones ucranianos podrían provocar una reacción muy seria por parte del Kremlin. En particular, teme que la respuesta de Vladimir Putin ante los golpes pueda ser de gran escala, llevando a una intensificación de las hostilidades, incluso con el uso de aviación estratégica capaz de portar armas nucleares. Esto, según uno de los altos funcionarios, puede afectar negativamente el proceso diplomático, provocando un retroceso respecto a las negociaciones directas entre Ucrania y Rusia, las primeras en tres años. "Tenemos una clara intención de desescalación y terminar con la guerra — afirmó —. Pero si Putin reacciona de manera agresiva, el presidente podría sospechar que las medidas del adversario aumentarán el conflicto". Por ello, en esta situación, Trump teme perder la oportunidad de un avance diplomático y la posibilidad de buscar una solución pacífica. Otro factor de preocupación es la posibilidad de que el ataque de los drones ucranianos, dirigido específicamente contra bombarderos estratégicos con capacidad nuclear, cambie rápidamente el equilibrio de poder en la región y complique la disuasión nuclear de Rusia. Según estimaciones de funcionarios estadounidenses, esta maniobra es un momento muy peligroso, que podría conducir a consecuencias impredecibles en una situación de conflicto multivectorial. Aunque Trump señala que no le sorprendió que las fuerzas ucranianas usaran drones, también resaltó brevemente que esto se interpreta como una reacción natural en tiempos de guerra: "Esto es lo que pasa cuando la guerra continúa". Sin embargo, expresó su preocupación de que tales eventos solo amplíen las hostilidades y prolonguen el conflicto: "Queremos que esto termine, que cesen las acciones hostiles, y por eso cualquier escalada adicional me causa decepción y preocupación", agregó un representante de la administración estadounidense. A pesar de apoyar la operación "Red de Araña", Trump mantiene una actitud crítica respecto a sus consecuencias para la seguridad global y la estabilidad estratégica. En conversaciones con allegados y colegas, elogia los resultados destacados de esta operación, reconociendo que fortaleció la defensa ucraniana y que fue un ejemplo brillante de habilidad militar moderna. Sin embargo, subraya que hechos de tal magnitud solo pueden complicar el entorno político y militar en la región. Además, para Trump, la guerra en curso y las acciones activas de Ucrania potencialmente incrementan aún más el riesgo para toda la comunidad internacional. Estas afirmaciones están respaldadas por advertencias de militares estadounidenses, quienes señalan que estos golpes, especialmente en objetivos estratégicamente importantes, pueden tener consecuencias a largo plazo para la seguridad. En resumen, la reacción del expresidente muestra que, incluso al expresar apoyo a una operación militar concreta, presta atención a los riesgos adicionales y las complicaciones políticas que puede acarrear, pues en una guerra de este tipo nada es enteramente bueno o malo. A medida que se desarrollan los acontecimientos, continúa un debate acalorado sobre el equilibrio entre éxito militar y riesgos para la seguridad global, que seguramente seguirá en el centro de atención de las autoridades y los centros de análisis por mucho tiempo.