La inteligencia de la OTAN, en sus últimos informes, niega cualquier indicio de preparación por parte de Rusia para un ataque a gran escala en Sumy y Dnipropetrovsk, lo que indica un cambio de táctica o de intenciones estratégicas por parte de Moscú
Un alto cargo de la alianza, que prefirió mantener el anonimato, confirmó durante un briefing en Bruselas que los datos de inteligencia actuales recopilados por los países miembros de la OTAN muestran la ausencia de indicios de planificación de una ofensiva masiva en esas regiones de Ucrania. Esto forma parte de una tendencia más amplia que refleja un cambio en la naturaleza de las acciones de Rusia en relación con las fronteras ucranianas, especialmente en lo que respecta a la concentración de tropas y operaciones militares en curso. Según la fuente, actualmente se observa una acumulación activa de fuerzas militares rusas cerca de la frontera de la región de Sumy, así como un desplazamiento de las hostilidades hacia las localidades fronterizas de Sumy, en particular desde la región de Kursk. Al mismo tiempo, el representante de la OTAN resaltó que estos movimientos parecen más bien desplazamientos tácticos y preparación de una "zona tampón", que hace tiempo figura en las consideraciones estratégicas de Rusia, y no un intento real de una ofensiva a gran escala. "Seguimos atentamente la situación, pero actualmente no hay ninguna confirmación de que Rusia esté preparando un ataque serio en esta dirección", afirmó. En el contexto de la creación de la llamada "zona tampón", un término que aparece en discusiones sobre las estrategias de seguridad de Rusia, el alto funcionario subrayó que el Kremlin ha estado estudiando ese escenario y posiblemente preparando el terreno para crear condiciones que le brinden mayor flexibilidad operativa. Es importante tener en cuenta también la situación logística: los últimos eventos, incluido el destrucción de puentes en la parte rusa de la frontera, complican las cadenas logísticas traseras de las fuerzas rusas, lo que representa dificultades adicionales para posibles operaciones ofensivas en la región norte. Respecto a la región de Donetsk y, en particular, los esfuerzos potenciales de Rusia en esa dirección, los analistas de la OTAN destacan que, aunque el ritmo de las hostilidades allí ha aumentado significativamente, aún no se detectan indicios de preparación para un ataque a gran escala en Dnipropetrovsk. El representante de la alianza señaló que las fuerzas ucranianas y sus aliados observan una mayor actividad del enemigo, pero no hay una situación que indique una planificación de una ofensiva masiva o una operación de ruptura que, en caso de realizarse, pudiera representar una amenaza para toda la región. El contexto de esta situación tiene un trasfondo importante. En los últimos meses, el proyecto de monitoreo Deep State detectó que las fuerzas rusas habían pasado a operaciones activas en territorio de Sumy. Se registraron medidas de ocupación y combates en otros dos poblados de la región. Esto generó alarma entre las autoridades ucranianas y la comunidad internacional. Posteriormente, a finales de abril, se registró otro ataque en la región: un misil balístico impactó en el centro de Sumy. Esto provocó la indignación de diplomáticos y políticos ucranianos, incluido el presidente Volodymyr Zelensky, quien reaccionó enérgicamente a las declaraciones del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien calificó ese ataque como un "error". En general, la situación en torno a los frentes de Sumy y Dnipropetrovsk continúa siendo tensa, pero la inteligencia oficial de la OTAN enfatiza que la actividad de las fuerzas rusas aún no ha superado los indicios de una preparación masiva para una ofensiva. Esto brinda a las fuerzas ucranianas y a sus socios occidentales la oportunidad de actuar con cautela y prepararse para cualquier escenario que pueda surgir. Sin embargo, los expertos advierten que la situación sigue siendo muy dinámica y requiere un monitoreo constante, ya que Rusia podría cambiar su táctica en cualquier momento.