Amenaza desde los cielos: la SBU publicó imágenes únicas de la operación a gran escala «Telaraña», que eliminó más de diez aviones estratégicos rusos
En la sombra del amanecer anaranjado, cuando los focos estaban intensamente pendientes del desarrollo de los eventos de emergencia, el Servicio de Seguridad de Ucrania llevó a cabo una de las operaciones especiales más impresionantes y complejas de la historia militar moderna. Kiev oficial publicó las primeras imágenes de una operación única bajo el nombre en clave "Telaraña", que se convirtió en una demostración evidente de la capacidad ucraniana para realizar golpes precisos en la infraestructura militar más importante del país agresor — la aviación estratégica rusa. Según los representantes de la SBU, durante esta operación a gran escala se trató de destruir 41 aviones militares de alta tecnología, pertenecientes a la aviación estratégica de Rusia y utilizados para atacar ciudades y objetos estratégicos en toda Ucrania. Estas imágenes no solo evidencian el alto nivel de preparación de los servicios secretos ucranianos, sino que también muestran un nuevo nivel de avance tecnológico, cristalizado durante el conflicto. De acuerdo con los informes, la operación fue llevada a cabo bajo el control personal del presidente Volodymyr Zelensky, y el jefe de la operación especial fue Vasyl Maliuk, director de la SBU, quien junto con un equipo de expertos empleó tecnologías avanzadas en drones — FPV (First Person View), capaces de operar incluso en pérdida de comunicación con el puesto de mando. Estos drones actuaron en rutas preplanificadas, utilizando inteligencia artificial para actuar de forma autónoma en caso de pérdida de señal, y al acercarse al objetivo, automaticamente activaban la carga explosiva, logrando impactar con precisión objetos estratégicos del enemigo. Las imágenes difundidas por la SBU muestran claramente golpes a cuatro aeródromos rusos, entre ellos destacan "Olenya", "Ivanovo", "Dyakilevo" y "Belaia". Precisamente allí estaban basados los bombarderos estratégicos rusos, que realizaban regularmente ataques a territorio ucraniano. Cabe señalar que estos aeródromos constituyen el núcleo del sistema de aviación estratégica rusa, y la presión sobre ellos se ha convertido en un componente clave en la guerra en curso. Considerando los objetivos de la operación, se lograron daños a aviones de peso y complejidad tecnológica máxima — "A-50", "Tupolev Tu-95", "Tu-22", "Tu-160" — así como en equipo auxiliar como "An-12" y "Il-78". Según la información oficial, la mayoría de ellos fueron destruídos de manera irreversible, causando un golpe serio a la base de aviación estratégica rusa. Algunos objetivos militares quedaron tan dañados que será necesario dedicar años a la restauración y reparación de los mismos. La SBU estima que el valor de la tecnología impactada supera los 7 mil millones de dólares, subrayando así la magnitud de las pérdidas para la maquinaria militar rusa. Estos daños tienen repercusiones de largo alcance para las capacidades estratégicas del país agresor y constituyen una señal clara de la capacidad de Ucrania para interceptar y destruir incluso los objetos militares más complejos. Además del uso de la aviación, la operación "Telaraña" fue la primera en la historia en la que se emplearon extensamente sistemas de control autónomos para vehículos no tripulados con inteligencia artificial, lo que dificultó considerablemente la defensa de la infraestructura aérea rusa. El costo de estos drones es significativamente menor que el de la tecnología destruida, pero su eficacia y precisión en el impacto no tienen igual — y eso afecta los equilibrios estratégicos de fuerzas. Como antecedente, cabe recordar la operación especial masiva del 1 de junio, cuando las fuerzas ucranianas emplearon drones FPV para atacar cuatro aeródromos rusos, incluidos aquellos que eran estratégicamente importantes para la disposición de la aviación nuclear. Como resultado, se destruyeron más de 40 aviones estratégicos, lo que representa casi el 34% de los objetos del potencial aéreo ruso basados en posiciones principales para la conducción de la guerra. Recordamos las palabras del jefe de la SBU, Vasyl Maliuk, quien declaró que estos golpes no solo debilitaron la fuerza aérea rusa, sino que también demostraron una nueva era táctica y técnica en las operaciones militares de Ucrania. Como consecuencia, creció la confianza en que la capacidad de las fuerzas ucranianas para realizar impactos rápidos y precisos se convierte en uno de los factores clave para la victoria en esta guerra. En resumen, los expertos destacan que el éxito de la operación "Telaraña" no solo significó un golpe a la infraestructura militar del enemigo, sino que también simbolizó una nueva era en la conducción de guerras modernas, en la que las tecnologías juegan un papel fundamental. Ucrania demuestra al mundo que un enfoque de alta tecnología y una planificación estratégica pueden cambiar el nivel del conflicto y fortalecer de manera significativa la defensa del país. Al mismo tiempo, estas imágenes sirven como advertencia a cualquier enemigo: los servicios secretos ucranianos disponen de un potente y moderno arsenal para luchar contra las amenazas del futuro.