Un eurodiputado checo acusó al gobierno eslovaco de espiar a la delegación del Parlamento Europeo: política y seguridad en entredicho
En las portadas de las agencias de noticias en estos días ha surgido una noticia sensacionalista desde Bruselas. Tomáš Zdechovský, uno de los destacados diputados checos al Parlamento Europeo, dirigió oficialmente una declaración al liderazgo de la Unión Europea, en la que acusó al gobierno de Eslovaquia de realizar una vigilancia secreta sobre la delegación de parlamentarios. Los detalles de este asunto han generado un gran revuelo y han puesto en duda la integridad y transparencia tanto del gobierno eslovaco como de las instituciones europeas en los países miembros. Según la información publicada en una carta dirigida al presidente del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, el eurodiputado Tomáš Zdechovský describió “síntomas impactantes y preocupantes” de posible escucha y seguimiento intencionado de su visita oficial en el marco de la supervisión del uso de fondos de la UE en el sector del turismo. En la carta se indica que, durante uno de los encuentros informales con informantes, incluidos empleados de los servicios de seguridad de Eslovaquia, los miembros de la delegación sintieron que se estaba realizando una vigilancia deliberada de sus actividades, lo cual es inaceptable en el contexto de la cooperación entre los países miembros y las instituciones europeas. Zdechovský subrayó que tales acciones no solo contravienen las normas jurídicas internacionales, sino también los principios de apertura y confianza que deben prevalecer en la cooperación entre los Estados de la Unión Europea. “Lo que resulta especialmente alarmante es la situación en la que nuestras actividades estaban siendo vigiladas en presencia de representantes eslovacos de las fuerzas del orden, con la evidente intención de obtener información sobre las acciones de la delegación”, se indica en la declaración. El eurodiputado añade un contexto adicional, ya que los rumores sobre posible espionaje salieron a la luz poco después de que el gobierno eslovaco intensificara su crítica pública hacia las actividades del Parlamento Europeo en el control del uso de fondos de la UE. Zdechovský destaca que tales acciones, incluyendo las declaraciones del ministro del Interior, Matúš Šutaj Eštok, y del ministro del Medio Ambiente, Tomáš Tarábek, criticaron de forma vehemente la labor de la misión de monitoreo, intentando deslegitimar el trabajo de los representantes del Parlamento Europeo. Con especial atención, en el informe se menciona un conflicto público rápido entre las autoridades del país y la delegación europea, que empañó el ambiente antes de reuniones políticas importantes. Las palabras más duras dirigidas a la delegación provinieron del primer ministro Robert Fico, quien, en particular, calificó a uno de sus líderes de “asesino político”. Esta retórica generó una ola de críticas y preocupación en un contexto europeo más amplio, ya que existen motivos para pensar que tal difamación pública busca desestabilizar la reputación de la delegación y menospreciar sus conclusiones. Zdechovský en su declaración hizo un llamado a la dirección del Parlamento Europeo a no quedarse al margen y a iniciar una investigación sobre la posible intervención de las autoridades eslovacas en el trabajo de las estructuras europeas. Advirtió sobre la necesidad de proteger la autonomía y la independencia de las misiones del Parlamento Europeo, lo cual, a su juicio, es una señal importante en un momento en el que las tendencias autoritarias, la desconfianza creciente y las campañas políticas de relaciones públicas se vuelven especialmente peligrosas y destructivas para la democracia. Por su parte, la delegación encabezada por Zdechovský ya ha tomado medidas adicionales en el lugar, incluyendo la recopilación de testimonios de los participantes y la verificación de hechos que podrían indicar un espionaje encubierto. Están investigando las posibles agencias y personas en el gobierno eslovaco que podrían haber estado involucradas en la tentativa de monitoreo. En cuanto a los motivos de esta alta dirección política, en las publicaciones se mencionan recientes escándalos en el sistema judicial eslovaco, en particular una multa de 200 mil euros impuesta a la presidenta del Banco Nacional, Petra Káčimirová, bajo sospecha de soborno. Esta decisión reciente provocó una oleada de críticas a las instituciones gubernamentales y aumentó la tensión en el contexto político interno. En general, la situación en torno a la investigación sobre posibles espionajes y presiones políticas en Eslovaquia abre un capítulo nuevo en las relaciones del país con la Unión Europea. La vigilancia sobre posibles intentos de intervención en el trabajo de las estructuras europeas genera preocupación por la conservación de las reglas democráticas, la transparencia de las acciones de las instituciones y la seguridad adecuada para los representantes de los órganos europeos. Este es un verdadero reto para los valores europeos actuales: responsabilidad, supremacía del Estado de Derecho y respeto al papel de cada país en la conformación de una comunidad europea unida y democrática. Aún no se sabe a qué conclusiones conducirá la investigación, pero la revelación de este tipo de casos recuerda la necesidad de fortalecer los controles y la mediación en las operaciones internacionales que trabajan dentro de la Unión Europea.