Trump vuelve a difundir teorías conspirativas: afirma que Biden fue «ejecutado» en 2020

En Estados Unidos continúan los esfuerzos por difundir desinformación, y uno de los ejemplos más destacados fue la publicación reciente del expresidente Donald Trump, quien en su red social Truth Social publicó otra teoría conspirativa sin base. Afirma que el actual presidente, Joe Biden, supuestamente fue ejecutado en 2020, y desde entonces su lugar lo ocupan clones o criaturas roboticadas sin alma ni inteligencia. La fuente de esta información sensacionalista es una cuenta anónima con aproximadamente cinco mil seguidores, que regularmente promueve teorías absurdas y narrativas desinformativas similares. El sábado por la noche, Trump compartió un enlace a su publicación en su red social, que en ese momento tenía más de 9.8 millones de usuarios, sin ofrecer ninguna explicación ni contexto, simplemente difundiendo la teoría con un punto final pasivo. Este paso confirma una vez más que, a pesar de las desmentidas oficiales y la inadmisibilidad de divulgar noticias falsas, el exlíder de EE. UU. no deja de usar su plataforma para propagar información falsa. Anteriormente, ha difundido declaraciones engañosas sobre supuestas fraudes en las elecciones de 2020, dudas acerca de la ciudadanía del expresidente Barack Obama e incluso narrativas fantásticas sobre inmigrantes de Haití, que supuestamente “comen mascotas”. Es importante señalar que tales afirmaciones no han sido confirmadas ni respaldadas por expertos ni por la comunidad democrática. Respecto a estos hechos, cabe recordar que entre su círculo más cercano también abundaban quienes difundían teorías conspirativas. Políticos y funcionarios de su administración han emitido declaraciones sin base científica u oficial. Por ejemplo, el exministro de Salud, Robert Kennedy Jr., había reiterado falsas informaciones, como que las vacunas contra el sarampión, las paperas y la rubéola causan autismo. Además, el director y subjefe del FBI difundieron teorías sobre la llamada "deep state" —una idea que sugiere la existencia de estructuras secretas que supuestamente controlan el poder en EE. UU. y lo usan en contra de los progresistas, incluyendo a Trump. Cabe recordar que esta oleada de desinformación no pasó inadvertida. El 22 de mayo, durante una reunión oficial en la Casa Blanca en la Oficina Oval, Trump hizo acusaciones infundadas de genocidio contra los blancos en Sudáfrica, acusaciones que fueron rápidamente condenadas por la comunidad internacional. Esto ejemplifica cómo la difusión de teorías falsas puede tener graves consecuencias políticas y sociales. Expertos políticos reconocidos y analistas independientes confirman que declaraciones así y la proliferación de versiones conspirativas reflejan un aumento en la desconfianza hacia hechos y fuentes oficiales, así como una profunda polarización en la sociedad estadounidense. Mientras tanto, seguidores de Trump y algunos círculos pro-rusos apoyan estos relatos, incluyendo al multimillonario Elon Musk y al popular comentarista de televisión Tucker Carlson, quienes contribuyen activamente a la difusión de estas teorías. Finalmente, es importante señalar que declaraciones y acciones dirigidas a fomentar enemigos y desacreditar a la oposición no son novedad, pero su proliferación en la actual atmósfera informativa pone en duda la objetividad y transparencia del proceso político en EE. UU. Mientras unos luchan por la verdad y los hechos, otros permanecen en el lado de realidades alternativas, que parecen servir en primer lugar a sus intereses políticos y valores.