Los militares rusos han vuelto a lanzar un duro golpe contra objetos civiles ruidosos en Jersón

La tarde del 2 de junio, en el centro de la ciudad, se produjo un nuevo ataque, que tuvo como consecuencia una tragedia: falleció el conductor de una ambulancia, y otros dos profesionales de la medicina resultaron heridos. Este incidente provocó una ola de indignación entre los residentes y volvió a subrayar el peligro que conlleva la guerra de agresión contra la población civil. Según el jefe de la Administración Militar Regional, Oleksandr Prokudin, el incidente ocurrió alrededor de las 17:00 cerca de las calles principales de la ciudad. El ataque enemigo, probablemente de artillería, destruyó la ambulancia: el vehículo se incendió y se quemó por completo. Lamentablemente, el conductor de 66 años, nacido en 1957, murió a causa de las heridas recibidas en el impacto. Él cumplía con su trabajo, poniendo en riesgo su vida en estos momentos difíciles. Además de la vida del médico que fue arrebatada, otras dos personas del personal médico resultaron afectadas por el bombardeo: un médico y una enfermera, quienes recibieron heridas y fueron trasladados a un hospital para recibir la asistencia necesaria. Según datos preliminares, tienen 54 y 57 años, nacieron en 1972 y 1966, respectivamente. Se sabe que el ataque causó la destrucción total del vehículo que transportaba a los trabajadores de la salud. La Fiscalía de Jersón señaló que este incidente es solo uno de los seis casos ese día en los que las tropas rusas abrieron fuego con artillería en diferentes áreas de la región. En total, en las últimas 24 horas, se han registrado 11 heridos, entre ellos niños y adultos. Entre los afectados hay una niña de cinco años que resultó herida durante los bombardeos. Otra noticia trágica llegó de la ciudad: alrededor de las 04:00 de la madrugada, las fuerzas rusas llevaron a cabo un ataque con misiles o de artillería en Jersón, que resultó en la muerte de un hombre de 40 años por heridas mortales. No se pudo salvar su vida; las heridas eran incompatibles con la vida. Esto volvió a recordar la implacable amenaza que acecha a los residentes civiles, quienes tuvieron que esconderse en refugios para evitar mayores consecuencias fatales. Los bombardeos en la ciudad y en la región siguen siendo sistemáticos y dirigidos, causando destrucción, pérdidas entre la población civil y presión psicológica. Las autoridades locales llaman a los residentes a tener precaución, no abandonar los refugios sin necesidad y seguir todas las recomendaciones de seguridad durante el período de hostilidades. Esta trágica serie de eventos demuestra una vez más la dureza del conflicto bélico y sus inesperadas consecuencias para las personas comunes, que se ven obligadas a sobrevivir en esta terrible situación. La evidencia de esta tragedia recuerda: la lucha por la paz y la seguridad en la región continúa, y cada día puede traer nuevas pruebas y pérdidas inesperadas.