El senador Lindsay Graham exige la implementación de nuevas sanciones contra Rusia antes de la cumbre del G7

Antiguo aliado y defensor del expresidente de EE. UU. Donald Trump, el senador republicano Lindsay Graham, ha vuelto a activarse en la exigencia de aumentar la presión sobre el Kremlin mediante la imposición de sanciones masivas. En sus recientes declaraciones, anunció su intención de lograr la adopción de nuevas restricciones económicas contra Rusia ya en vísperas de la cumbre del "Grupo de los Siete", que tendrá lugar del 15 al 17 de junio en Canadá. Según él, estos pasos deben ser un mensaje para Moscú, así como para países como China, que están ayudando activamente al Kremlin a evadir las sanciones internacionales. El senador indicó que la idea es que las sanciones se apliquen antes de mediados de junio, es decir, antes del comienzo de la cumbre. Esto permitirá crear una fuerte presión diplomática y económica, y demostrar la unidad de EE. UU. con la Unión Europea y los países participantes en el "G7". Graham y sus colegas del Partido Democrático mantuvieron varias conversaciones en París con representantes del gobierno francés, en las que deliberaron sobre posibles medidas. Tras estas consultas, emitieron una declaración conjunta en la que señalaron que los esfuerzos para imponer sanciones deben estar coordinados con los socios europeos. En el centro de atención está un proyecto de ley que propone imponer un arancel del 500% a las importaciones de países que compran petróleo ruso y otros recursos energéticos. En su momento, ya contó con el respaldo de 82 senadores y tiene el potencial de convertirse en uno de los principales mecanismos de presión sobre Rusia. Graham subrayó: "Rusia está matando despiadadamente a civiles — hombres, mujeres, niños. Esto hace mucho tiempo que dejó de ser una guerra local — el mundo debe actuar con decisión. Necesitamos implicar a China y otros países que compran petróleo ruso barato para socavar el potencial militar del Kremlin. Si queremos terminar con esta guerra, China debe asumir la responsabilidad y ayudar a ponerle fin". Respecto a la postura del expresidente Trump, Graham señaló que actualmente es incierta su actitud hacia sanciones más severas. Trump, como es sabido, apoyaba la necesidad de un cese inmediato del fuego entre Rusia y Ucrania, pero en los últimos tiempos ha expresado cada vez más frustración con las acciones de Vladimir Putin. Esto genera tensiones adicionales dentro del Partido Republicano y plantea dudas sobre su unidad en esta campaña diplomática y económica. Además, los senadores mantuvieron una llamada telefónica con el presidente francés Emmanuel Macron, en la que expresaron su confianza en que Moscú se prepara para un ataque de mayor escala a finales de verano o principios de otoño. Aseguraron al líder francés que están convencidos de los planes agresivos del Kremlin y destacaron la necesidad de reforzar el apoyo a Ucrania y endurecer las sanciones para forzar a Rusia a detenerse. Otro aspecto importante es la amenaza de nuevas sanciones masivas desde el Congreso. Graham informó que la cámara alta ya está empezando a discutir una legislación que impondría restricciones significativas a Rusia en caso de que no haya avances en las negociaciones de paz y se logre un alto el fuego. Graham y otros políticos vigilan la situación y están dispuestos a actuar para intensificar al máximo la presión sobre el país agresor. Hasta ahora, en EE. UU. se han oído muchas declaraciones y promesas ruidosas respecto a sanciones, pero su implementación en realidad se ha retrasado o frenado por dificultades políticas y diplomáticas. Ahora, según los senadores republicanos, ha llegado el momento: buscan actuar con decisión y en un formato coordinado para incrementar la presión y obligar a Moscú y a sus aliados a retirarse, mientras dure la guerra. Sin embargo, la cuestión de si en Washington habrá la voluntad política y la suficiente unidad para llevar a cabo estas aspiraciones sigue siendo abierta, en medio de los desafíos globales y la creciente tensión internacional.