El OIEA advierte: Irán ha incrementado significativamente sus reservas de uranio enriquecido hasta niveles cercanos a la creación de armas nucleares
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha publicado un informe confidencial en el que se confirma un aumento acelerado en las reservas de uranio enriquecido, alcanzando niveles que potencialmente abren el camino para la fabricación de armas nucleares. Según datos publicados por la agencia, citando fuentes internas, al 17 de mayo de este año Irán ha acumulado más de 408,6 kg de uranio con un nivel de enriquecimiento del 60%. Esta cifra es impresionante, ya que supera casi en 134 kg los datos oficiales anteriores de febrero, pasando de 274,8 kg a más de 408 kg. El nivel de enriquecimiento del 60% se considera un umbral crítico en el programa nuclear, cuando el material se acerca a la etapa intermedia para alcanzar el 90% necesario para una carga de armamento nuclear. Es decir, con un enriquecimiento adicional, este uranio puede ser utilizado para fabricar una bomba nuclear. Como destaca el informe del OIEA, Irán es “el único país que formalmente no posee armas nucleares, pero produce material que genera serias preocupaciones”, según declaraciones de la agencia. Las reservas totales de uranio enriquecido en Irán actualmente ascienden a 9.247,6 kg, lo que representa un aumento de 953 kg con respecto al informe anterior y casi 34 veces más que la cantidad necesaria para una bomba nuclear con un enriquecimiento del 60%, que es aproximadamente 42 kg. Solo considerando esta cantidad, teóricamente se podrían fabricar varias ojivas nucleares si se enriqueciera adicionalmente hasta el nivel del 90%. Esto plantea preocupaciones sobre una posible reactivación del programa nuclear iraní, poniendo casi a la comunidad internacional frente a un desafío. La convicción de Teherán en la finalidad pacífica de su actividad nuclear permanece intacta, sin embargo, expertos y observadores internacionales advierten cada vez más que el país ya cuenta con la capacidad técnica para crear armas nucleares en caso de decisión política. El director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, subrayó que Irán posee suficientes materiales para fabricar varias armas nucleares, y llamó a las autoridades iraníes a “una cooperación total y constructiva” con las investigaciones del organismo internacional respecto a rastros de uranio en instalaciones que anteriormente no estaban declaradas como nucleares. Según análisis, muchas de las trazas de uranio detectadas fueron halladas en instalaciones que Teherán no informó en sus informes — hecho que genera gran interés por parte de los servicios de inteligencia internacionales y políticos. Representantes de la Unión Europea y otros países expresan su preocupación de que esta información pueda usarse para justificar el regreso a sanciones casi congeladas bajo el marco del acuerdo nuclear, las cuales estaban vigentes previamente, y que podrían volver en otoño tras su expiración. Esto pone en riesgo cualquier posibilidad de reanudar los acuerdos diplomáticos con Irán. En medio de la tensión en la región y los esfuerzos diplomáticos internacionales, se registran eventos importantes en el ámbito político. El 31 de mayo, el presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmó que Washington casi ha llegado a un acuerdo sobre un nuevo acuerdo nuclear con Teherán. Según informaciones difundidas anteriormente por los medios, Irán estaba dispuesto a firmar este documento a cambio del levantamiento de sanciones económicas; sin embargo, aún no se conoce si se ha alcanzado un acuerdo final. En general, la situación sigue siendo tensa y dinámica. Los observadores internacionales critican cada vez más las posiciones del gobierno iraní respecto a su programa nuclear, resaltando que la posibilidad de crear armas nucleares ya existe. Esto abre una nueva etapa en las negociaciones diplomáticas y de seguridad, ya que la comunidad mundial busca evitar una potencial crisis nuclear con consecuencias globales. En conclusión, el rápido aumento de las reservas de uranio enriquecido al 60% en Irán es una señal para todos los actores de los tratados internacionales y las iniciativas diplomáticas. Queda por ver si Teherán podrá resolver la situación y restablecer la confianza de la comunidad internacional, o si la situación se complicará aún más, amenazando con una nueva escalada de tensión en la región y en el mundo en general.