Periodistas y voluntarios han divulgado datos detallados sobre la magnitud de las pérdidas de militares rusos durante la guerra contra Ucrania, identificando a más de 110 mil fallecidos de Rusia

Chas Pravdy - 30 mayo 2025 09:02

Este fenómeno se vuelve especialmente visible debido a las importantes diferencias regionales, que reflejan el contexto socioeconómico y demográfico del país. Se ha descubierto que la mayor cantidad de muertes se registra entre los residentes de regiones con bajos niveles de bienestar, en particular en regiones de Siberia como Tiva, Buriatia y la República de Altai. Según investigaciones realizadas conjuntamente por la BBC y el medio ruso Meduza, por cada 10,000 hombres en estas regiones, el número de fallecidos en la guerra alcanzaba respectivamente 120, 91 y 89 personas. En cambio, en Moscú, esta cifra era varias veces menor —solo tres fallecidos por esos mismos 10 mil hombres. Los demógrafos explican que esta diferencia significativa se debe a la desigualdad social y la injusticia económica: en las regiones pobres, el ejército a menudo no es solo una estructura de protección, sino también el principal elevador social, que temporalmente permite obtener ingresos o evitar el desempleo. Los detalles de las investigaciones muestran que entre los fallecidos en Tiva y Buriatia, una parte importante son voluntarios que firmaron contratos después de 2022, o condenados y reclutados en empresas militares privadas. En Tiva, casi el 25% de los fallecidos son condenados o personas involucradas en formaciones militares por contrato, independientemente de su origen étnico. Otro tercio corresponde a militares profesionales, de los cuales más de la mitad son voluntarios. En Altai, el 47% son simplemente voluntarios que se unieron al ejército después de que comenzó la guerra a gran escala, mientras que en Buriatia ese porcentaje es del 34%. Además, uno de cada cinco fallecidos en la región fue movilizado, lo que duplica el promedio nacional. Paralelamente, en Moscú la situación es diferente: la mayoría de los fallecidos son militares profesionales o voluntarios. En la capital, el 10% de los muertos son condenados, el 26% voluntarios, y el 15% movilizados. Al mismo tiempo, en las regiones con altos niveles de pobreza y bajos estándares sociales, el servicio militar se percibe como una oportunidad para escapar de la pobreza o encontrarse a sí mismos en condiciones difíciles. Asimismo, científicos advierten que el número real de víctimas supera significativamente las cifras oficiales, ya que la mayoría de los cuerpos permanecen en el campo de batalla debido a los riesgos para su evacuación por drones y bombardeos constantes. Según estimaciones basadas en análisis de necrológicas, mensajes familiares, fotografías de archivos y medios locales, la cantidad de rusos fallecidos puede variar entre 170 mil y más de 240 mil. Sumando las pérdidas de los separatistas pro-rusos en Donetsk y Luhansk, que se estiman en 21-23 mil, el total de víctimas en el frente pro-ruso puede alcanzar entre 191 mil y 269 mil. Al mismo tiempo, los investigadores destacan que estas estimaciones se basan en fuentes abiertas —comunicados de autoridades regionales, administraciones locales, medios, además de testimonios familiares y fotografías de entierros. Los datos oficiales son incompletos, y las pérdidas reales, según diversas estimaciones, podrían ser mucho mayores. Esto se confirma por el hecho de que una parte de los cuerpos permanece en el campo de batalla, dificultando su identificación y documentación. Particular importancia tiene la distribución social y geográfica de las pérdidas: las regiones en peores condiciones, incluyendo territorios con subsidios, muestran las mayores pérdidas en combate, mientras que en el centro de Rusia, con mayores ingresos, la cantidad de víctimas es significativamente menor. Los científicos y analistas subrayan que el factor clave aquí no es la pertenencia étnica, sino la situación socioeconómica de las regiones. La política consciente del gobierno respecto a la movilización de las minorías nacionales no juega un papel decisivo en la determinación del número de muertos, señalan los demógrafos. En regiones con poblaciones multinacionales, como Tartaristán, Daguestán o Bashkortostán, el nivel de pérdidas es dos o tres veces menor que en las regiones menos desarrolladas con bajos niveles de vida. Esto indica nuevamente que la divulgación de la guerra y sus víctimas está principalmente determinada por factores sociales y no por diferencias étnicas. En general, los informes sobre las pérdidas reflejan una profunda crisis en la estructura social de Rusia, donde la guerra se ha convertido en un catalizador de la destrucción de las instituciones tradicionales y una amenaza para el desarrollo sostenible. Las pérdidas, identificadas mediante fuentes abiertas, permiten tener una idea del alcance de la destrucción que ha afectado a regiones en los sectores más atrasados y pobres del país. Según investigaciones independientes, la cantidad real de víctimas podría representar casi un tercio o incluso la mitad de las cifras oficiales, lo cual evidencia una significativa insuficiencia en las estadísticas oficiales sobre las pérdidas militares.

Source