Las estructuras de poder estadounidenses se están preparando para cambios radicales en el ámbito de la inmigración y la seguridad, en particular respecto a los estudiantes chinos que desean obtener una educación en Estados Unidos
Según fuentes no oficiales de círculos diplomáticos, se informa que el Departamento de Estado de EE. UU. planea cancelar visas para estudiantes chinos que tengan vínculos con el Partido Comunista de China (PCCh) o que estudien en áreas que representan una importancia crítica para la seguridad del país. Este paso busca fortalecer el control y prevenir posibles amenazas a la seguridad nacional, ya que actualmente en EE. UU. estudian más de 275,000 estudiantes chinos, lo que constituye el segundo grupo de extranjeros en número después de los estudiantes de India. Como declaró a CNN el Secretario de Estado, Marco Rubio, ya se está trabajando en colaboración entre el Departamento de Estado y el Ministerio de Seguridad Interna para implementar nuevas medidas. El objetivo principal es no solo anular los documentos de visa existentes para tales estudiantes, sino también dificultar el proceso de obtención de nuevos permisos en el futuro. "También revisaremos los criterios de visas para reforzar las verificaciones de todas las solicitudes futuras procedentes de la República Popular China y Hong Kong", enfatizó el funcionario. Datos de investigaciones del Instituto de Educación Internacional (IIE) y del informe oficial del Departamento de Estado indican que en el presente año académico se alcanza un récord en la cantidad de estudiantes chinos en EE. UU. Además, muchos de ellos participan activamente en programas de investigación, innovación y tecnología, lo que genera un interés particular por parte de los servicios de inteligencia y las estructuras de seguridad estadounidenses. Este factor es la base para las nuevas medidas contra posibles amenazas. Las nuevas iniciativas surgen en el contexto de cambios nacionales en la política de inmigración de EE. UU. En particular, el día siguiente al anuncio del plan de restricciones para estudiantes chinos, el Departamento de Estado anunció la suspensión de la emisión de nuevas visas de estudiante en todo el mundo, en preparación para una mayor revisión de las redes sociales de los solicitantes. Esto indica una reorientación seria en la política del país respecto al control de la movilidad estudiantil extranjera. En medio de estos acontecimientos, es importante recordar el contexto histórico. Así, el 22 de mayo, un tribunal federal de California dictaminó que se prohíbe a la administración del entonces presidente Donald Trump privar del estatus legal para estudiar y trabajar en EE. UU. a estudiantes extranjeros. Este caso fue uno de los mayores desafíos a la política de inmigración en la última década y demostró que el sistema judicial estadounidense tiene una influencia significativa en la formulación y ejecución de iniciativas migratorias. Es evidente que las nuevas medidas, dirigidas a controlar y restringir las visas para estudiantes chinos, forman parte de un conjunto más amplio de acciones estratégicas de EE. UU. destinadas a fortalecer la seguridad nacional y proteger la propiedad intelectual. Al mismo tiempo, plantean preguntas sobre las posibles consecuencias para las relaciones bilaterales con China y la movilidad académica internacional. Por el momento, no está claro cómo se implementará exactamente esta política ni qué tan estrictos serán los nuevos criterios de revisión. Sin embargo, ya se percibe que Estados Unidos inicia un nuevo capítulo en su enfoque de la política de inmigración, orientado a garantizar la seguridad del país en las condiciones globales actuales.