A pesar de una nueva decisión legal en contra de su política tarifaria, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su equipo tienen la intención de continuar aplicando su estrategia en el ámbito de la regulación aduanera

Chas Pravdy - 29 mayo 2025 18:49

La administración del líder estadounidense insiste en que la resolución judicial que anula los nuevos aranceles es solo un obstáculo temporal que pueden superar fácilmente, y no planean detenerse en esta etapa. Esto se conoció de fuentes oficiales que citan círculos políticos en Estados Unidos y medios de comunicación internacionales, en particular la plataforma informativa Politico y el portal ucraniano "European Pravda". El 29 de mayo, temprano en la mañana, Kevin Hassett, quien encabeza el Consejo Económico Nacional en la Casa Blanca, reaccionó de manera enérgica a la decisión de un tribunal federal que detuvo la implementación de los nuevos aranceles y prohibió su activación. Según sus palabras, este fallo es solo una "pequeña dificultad" para la realización de los planes estratégicos de Trump, argumentando que los "jueces activistas" y los procedimientos jurídicos destructivos deben ser considerados como pruebas temporales. Hassett está convencido de que en uno o dos meses se verá un resultado cuando los países abran sus mercados a los productos estadounidenses, reduzcan barreras, tanto arancelarias como no arancelarias, y muestren respeto a los intereses de Washington. En este contexto, advierte a otros países que una negativa a tomar estas medidas puede provocar respuestas arancelarias correspondientes por parte de Estados Unidos. Él señala que EE. UU. mantiene abierto el diálogo y busca compromisos, pero también tiene la intención de actuar con firmeza e implacablemente. En relación con las bases de la decisión judicial, Hassett no comparte en absoluto las conclusiones del tribunal, que considera que las medidas arancelarias tomadas por Trump pueden estar amparadas por normas de comercio internacional. En su opinión, la respuesta estadounidense a problemas como la crisis del fentanilo es excepcional y requiere medidas serias, por lo que cualquier insinuación de que dichas acciones son inapropiadas resulta completamente inverosímil. "Cuando escucho que la crisis del fentanilo no es una emergencia, me siento muy incómodo… Estoy convencido de que cuando apelaremos, esta decisión será revocada en favor de nuestra posición", afirmó el funcionario. También agregó que, incluso en caso de una derrota en los tribunales, la Casa Blanca puede utilizar otras herramientas legales para mantener vigentes las medidas arancelarias. La expectativa de la administración es que la instancia superior confirme la legitimidad de los aranceles, lo que, en su opinión, tendrá un impacto positivo en las negociaciones con otros países. Según Hassett, estas negociaciones podrían concluir en julio con un resultado favorable para EE. UU., incluyendo la eliminación de barreras comerciales. "Esto no perjudicará nuestros esfuerzos de negociación, ya que el mundo ya ve claramente que el presidente Trump actúa con toda seriedad. Saben que, y con eso se cuenta, porque Trump siempre vence", asegura. Los representantes de la administración añaden que no esperarán pasivamente una victoria judicial, sino que activamente emplearán todos los procesos legales y ejecutivos disponibles para defender la política tarifaria. El subportavoz de la Casa Blanca, Kush DeSaï, subrayó que la decisión judicial no es el punto final, y que en respuesta, el presidente y su equipo podrán emplear todos los mecanismos de poder necesarios conforme a la ley. Fuentes cercanas a Trump también sugirieron que existen narrativas internas respecto a la lucha contra lo que llaman la "caberna profunda" — término que se usa para describir a estructuras conservadoras y organizadas en las élites del poder que supuestamente dificultan sus reformas. En particular, el asesor de Trump, Jason Miller, calificó la decisión judicial como un acto de resistencia y aseguró que el equipo del presidente está preparado para seguir defendiendo la política, iniciada en el ámbito de los aranceles. Cabe recordar que el 28 de mayo en EE. UU. se dictó un fallo histórico: el Tribunal de Comercio Internacional determinó que el presidente Donald Trump excedió sus competencias al imponer restricciones arancelarias masivas sin la aprobación del Congreso, violando así el derecho comercial internacional. Según esta decisión, algunas tarifas fueron anuladas, aunque la administración estadounidense presentó inmediatamente una apelación, que deja la puerta abierta a una revisión del fallo judicial. Anteriormente, Trump acordó aplazar la imposición de aranceles del 50 % sobre productos provenientes de la UE y extendió las negociaciones comerciales hasta el 9 de julio, tras conversaciones con el jefe de la Comisión Europea. Esta decisión fue un compromiso que otorga tiempo para esfuerzos diplomáticos y cooperación en el marco de la política comercial, pero la lucha principal continúa, en el contexto de la confrontación comercial y la protección de los intereses de EE. UU. frente a la presión internacional.

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