Militares norcoreanos capturados: por qué no fueron incluidos en el intercambio «1000 por 1000» en Ucrania

En el contexto del amplio intercambio de prisioneros entre Ucrania y Rusia en el formato "1000 por 1000", que tuvo lugar la semana pasada, siguen siendo abiertas las cuestiones sobre el destino de algunos ciudadanos extranjeros, en particular – los militares norcoreanos. Según información proporcionada por la agencia Yonhap News Agency, citando al diputado de la Asamblea Nacional de Corea del Sur, Yoo Yon-won, dos militares de Corea del Norte — con los apellidos Rí y Puk — no fueron incluidos en las listas de intercambio, aunque anteriormente estaban en cautiverio a manos de Ucrania. Según el diputado, la decisión de no considerar a estos prisioneros en el proceso de intercambio fue tomada bajo la insistencia de Seúl oficial. Fuentes del lado ucraniano confirmaron que estos militares permanecieron en cautiverio, pero su destino quedó fuera del interés de los participantes del intercambio masivo. Cabe señalar que las autoridades surcoreanas manifestaron su disposición de recibir a sus compatriotas si estos aceptan voluntariamente trasladarse a Corea del Sur. Uno de ellos — Rí — ya expresó su deseo de regresar a Corea del Sur, lo que ha provocado cierta resonancia en círculos diplomáticos. Encuentro con prisioneros: esfuerzos y preocupaciones El diputado Yoo Yon-won visitó Ucrania en febrero de este año y tuvo la oportunidad de conversar personalmente con ambos militares, durante su misión diplomática allí. En su publicación en redes sociales, informó que uno de los prisioneros — Rí — expresó en una grabación de audio su preocupación por la posible ejecución de sus padres en caso de regreso a su país, es decir, a Corea del Norte. Según sus palabras, este hecho indica un escenario potencialmente trágico que podría afrontar estos militares tras su repatriación. Yoo Yon-won instó al gobierno ucraniano y a organizaciones internacionales a intervenir para darles la posibilidad a estos hombres de permanecer en territorio surcoreano, evitando consecuencias peligrosas para sus vidas y seguridad. Al expresar su postura, subrayó que una de las funciones de la diplomacia es garantizar la seguridad y los derechos de todos los ciudadanos, independientemente de su origen o las circunstancias de su cautiverio. Contexto y antecedentes El intercambio "1000 por 1000", realizado el 25 de mayo, fue la tercera gran liberación de prisioneros en los últimos meses. Según estos datos, 303 militares y defensores ucranianos que estaban en cautiverio en Rusia regresaron a Ucrania. Sin embargo, la historia no termina allí: el comandante de la brigada de la Guardia Nacional "Azov", coronel Denis Prokopenko — conocido como "Redis" — expresó críticas sobre el intercambio, señalando que en las negociaciones de tres días no se incluyó a ninguno de sus subordinados. Manifestó dudas sobre las intenciones de las autoridades ucranianas de devolver a los combatientes de "Azov" y vinculó esta percepción con su escepticismo. Otro aspecto importante es la ausencia de civiles en la lista de liberados: el escritor y ex prisionero político del Kremlin, Stanislav Asiyev, informó que en los listados no aparecen civiles que hayan estado en cautiverio ruso más de ocho años. Estas cuestiones incrementan la preocupación por la situación humanitaria en la zona del conflicto y el nivel de esfuerzos diplomáticos para la búsqueda y liberación de prisioneros. Un aspecto adicional es la confirmación del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en abril de 2025, respecto a la movilización de militares para enviar a Rusia en apoyo de su guerra contra Ucrania. Esto refleja un creciente nivel de cooperación militar y estratégica entre ambos países en medio del conflicto y plantea nuevas dudas sobre el rol de ciudadanos extranjeros en este contexto. En resumen, la cuestión del destino de los militares norcoreanos capturados sigue atrayendo cada vez más atención y requiere un enfoque diplomático y humanitario cuidadoso. Al mismo tiempo, el hecho de que estas personas queden fuera de la atención del intercambio formal resalta la complejidad y las múltiples dimensiones del conflicto actual, subrayando la necesidad de seguir trabajando en la búsqueda de soluciones para todas las partes involucradas.