La decidida determinación de las agencias de seguridad ucranianas en la lucha contra los traidores internos y los agentes externos ha vuelto a dar resultados importantes
En la región de Kirovohrad, los empleados del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), en colaboración con la contrainteligencia militar, arrestaron a un hombre que, con el tiempo, se convirtió en un objetivo peligroso para los servicios secretos rusos — un llamado "cocodrilo" en una unidad militar que operaba en las regiones centrales de Ucrania. Según la posición oficial del organismo, el hombre de 32 años, residente de la región y que trabajaba como conductor-electricista en una de las unidades militares, colaboraba desde hace tiempo con los servicios secretos rusos, cumpliendo funciones de informante y de coordinador de ataques a objetivos de importancia estratégica. Sus acciones tenían un propósito único: ayudar al enemigo a lanzar ataques precisos a objetos y unidades militares ucranianas, en busca de beneficios personales y con la intención de preservar su vida en las zonas temporalmente ocupadas en Donetsk. De acuerdo con la investigación, el detenido recopilaba y transmitía al adversario datos confidenciales — las coordenadas de hospitales que brindaban ayuda a los heridos defensores ucranianos, así como rutas de movimiento de las unidades en el frente y los tipos de tecnología empleada. La información fue transmitida a través de un canal de comunicación que utilizó durante un intento de realizar reconocimiento visual cerca de uno de los objetivos de las Fuerzas de Defensa. Durante una operación, los investigadores confiscaron su teléfono móvil, donde se alojaban pruebas de su colaboración con los servicios secretos rusos. Es importante destacar que el canal de asistencia al enemigo fue abierto por iniciativa propia del implicado — el sospechoso comentaba activamente mensajes pro-rusos en canales de Telegram, lo que permitió a la investigación encontrar huellas de su colaboración. Los servicios secretos rusos, durante el proceso de reclutamiento, le prometieron "recompensas en dinero" y la "evacuación" a territorio bajo control temporal de los ocupantes en la región de Donetsk, donde planeaba unirse a formaciones militares de las fuerzas rusas. Sin embargo, esa promesa nunca se materializó — no recibió fondos ni garantías sustanciales. Según la información recibida, las autoridades lo detuvieron "en el acto" cuando intentaba realizar reconocimiento visual cerca de un objetivo militar, lo que aportó evidencias contundentes de su culpabilidad. Durante los registros, confiscaron su dispositivo móvil, que se convirtió en la principal fuente de pruebas en este caso. Actualmente, se está investigando toda la red de contactos del sospechoso y posibles colaboradores adicionales. Por el momento, la fiscalía le ha informado de su sospecha bajo la parte 2 del artículo 111 del Código Penal de Ucrania — traición estatal en condiciones de estado de guerra. Este delito conlleva una pena severa, incluyendo cadena perpetua y confiscación de bienes, ya que en juego está la seguridad de toda la nación y de su pueblo. Según los representantes de los servicios de seguridad, esta operación constituye otra evidencia de que en la lucha contra Rusia, las fuerzas de seguridad y los agentes de inteligencia ucranianos no dejan sin atención ninguna amenaza, buscando neutralizar a los traidores internos y fortalecer la seguridad institucional del Estado. Ucrania continúa intensificando sus esfuerzos para combatir las redes de agentes que operan en el interior del país. La región de Kirovohrad, como otras, sigue siendo un foco de atención especial de los servicios secretos ucranianos, que trabajan día a día en la detección y prevención de traidores, para garantizar un futuro seguro e independiente para cada ciudadano ucraniano.