En Rusia se difunden informes sobre un ataque masivo de drones ocurrido en la noche del 26 de mayo que afectó a varias regiones del país
Las explosiones, que se escucharon en territorios de Tatarstán, la región de Ivánovo, Tula y otras áreas, impresionaron a los habitantes y volvieron a poner en duda el régimen oficial de seguridad del país. Fuentes rusas, incluyendo canales de Telegram como Astra, Baza, Shot, y también los reportes oficiales de la administración regional y del Ministerio de Defensa de RF, informaron unánimamente que no se registraron daños como consecuencia del ataque masivo, y que los sistemas de defensa aérea supuestamente habían neutralizado cerca de cien drones que intentaban penetrar en territorio ruso. Según la información difundida por los residentes locales, los golpes se registraron en varias regiones clave. En particular, en la ciudad de Tula, donde se encuentra una de las principales fábricas militares y de defensa del país —la NPO "Splav"— que desarrolla y produce sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple. Allí, los ataques de drones no son novedad: en mayo, la ciudad sufrió al menos dos golpes. También se reportaron explosiones en Kinésma, región de Ivánovo, donde, según la administración regional, se trató de la caída de fragmentos de drones en una zona industrial, además del daño a instalaciones agrícolas para el almacenamiento de materiales de producción. Los habitantes señalaron que los ataques fueron acompañados por explosiones en la planta química de Dmitrov, ubicada en esa ciudad. Videos y fotos de canales de Telegram confirman que tras las explosiones en Kinésma se elevó una columna de humo. Las autoridades locales y los servicios de emergencia de la región de Ivánovo informaron que los fragmentos de drones cayeron en la zona industrial de la ciudad, dañando también almacenes o edificios de uso doméstico. Sin embargo, Kinésma, situada a más de mil kilómetros de la frontera con Ucrania, continúa enfrentando amenazas de ataques con drones. En esta misma línea, también se reportó la destrucción de varios drones en el cielo sobre Yelabuga, donde se encuentra una planta de ensamblaje de drones del tipo "Shahed". Este establecimiento ya había sido objetivo de ataques anteriormente y, al parecer, su protección sigue siendo vulnerable. Cabe destacar que el martes, los aeropuertos rusos, en particular en Kaluga, Nizhnekamsk, y también en los aeropuertos moscovitas de Domodédovo y Zhukovski, estuvieron sometidos a restricciones temporales en los vuelos, las cuales los expertos relacionan con la creciente actividad de vehículos aéreos no tripulados (UAV) cerca del espacio aéreo ruso. El Ministerio de Defensa de RF en su informe matutino afirmó haber derribado 96 drones ucranianos que supuestamente intentaban atacar 12 regiones de Rusia. Entre ellas se mencionó la destrucción de 31 drones en la región de Briansk, 16 en Belgorod, 11 en Kursk, 9 en Tula, 8 en Oriol y 6 en Moscú. Además, los medios mencionan la destrucción de 5 y 4 drones en las regiones de Kaluga e Ivánovo, respectivamente, y uno en Yaroslavl y Riazán. No obstante, las autoridades oficiales continúan sin ofrecer cifras precisas sobre la cantidad total de ataques con UAV, concentrándose en los informes sobre su destrucción y en las medidas preventivas. En conjunto, esta serie de eventos confirma una vez más la alta tensión en el espacio de información y militar ruso y muestra la intensificación de los esfuerzos ucranianos para hacer frente al complejo militar-industrial ruso, especialmente en el ámbito de las tecnologías de drones. Fuentes informadas señalan que los ataques pudieron llevarse a cabo incluso con un alto nivel de protección y sistemas antiaéreos en funcionamiento, lo que indica cierta efectividad de las operaciones ucranianas en este ámbito y una situación de incertidumbre en Rusia respecto a sus capacidades para proteger objetos estratégicos.