The Economist advierte: la perspectiva de ataques masivos de Rusia con miles de drones de ataque se vuelve cada vez más realista
La prestigiosa publicación británica The Economist hizo una advertencia inesperada sobre el futuro del conflicto en Ucrania, expresando la probabilidad de que Moscú pronto podría lanzar ataques masivos con hasta mil vehículos aéreos no tripulados de ataque. Esto podría cambiar radicalmente el curso de la guerra, poniendo a la defensa ucraniana ante nuevos desafíos. Según datos preocupantes, el año pasado, cuando la capital ucraniana, Kiev, atravesaba los momentos más críticos, el uso de solo 30 drones de ataque en una noche se consideraba algo extraordinario y moderado. Sin embargo, ahora las fuerzas militares rusas han avanzado significativamente en la producción y uso de drones: la noche del 25 de mayo se registraron solo una parte de la nueva ola — 298 objetivos aéreos, lo cual, según expertos, probablemente sea un récord. Esto indica que Moscú ha abierto una nueva etapa en esta tóxica guerra de drones, planificando aumentar su producción a niveles fabulosos. El periódico cita fuentes internas ucranianas, en particular representantes de la industria de defensa, quienes aseguran que en el Kremlin se producen aproximadamente unos trescientos drones de ataque "Shahed" mensualmente, pero en menos de tres días, los actuales ritmos de transferencia a las tropas alcanzaron el mismo nivel. Además, según la inteligencia ucraniana, Rusia planea aumentar la producción diaria de drones, en particular, a 500 unidades por día. Esto da motivo para temer que, tarde o temprano, se conformarán enormes armadas de drones — enjambres de mil unidades — capaces de lanzar ataques masivos contra objetivos clave. Los ingenieros ucranianos que analizan y contrarrestan los drones enemigos informan que los modelos actuales son tecnológicamente mucho más complejos que los anteriores. A diferencia de los antiguos, casi por completo han reemplazado los mecanismos de control basados en GPS, ya que estos sistemas son fácilmente bloqueados mediante medios de guerra electrónica. En cambio, los nuevos modelos se controlan por inteligencia artificial, usan redes internas de internet — móviles y de banda ancha ucranianas — y, lo más importante, pueden ser gestionados a través de la popular aplicación Telegram. Estos drones son capaces de recibir datos, videos y comandos en tiempo real de los operadores, lo que complica mucho su interceptación. Se informa que los expertos ucranianos ya han detectado documentos internos integrados en los dispositivos maliciosos. En particular, un dron contenía una nota que indicaba que se controlaba mediante bots en Telegram, que, con ayuda de inteligencia artificial, enviaban datos de vuelo y videos en tiempo real a los operadores. Esto confirma las conclusiones de los expertos sobre el nivel de sofisticación tecnológica de los sistemas enemigos, para los cuales los grupos móviles de especialistas con armas baratas ya son historia. Actualmente, los drones rusos actúan de manera diferente a antes. Ahora maniobran casi como aviones: primero vuelan bajo para evitar la detección, y luego, al acercarse a los objetivos, suben abruptamente a altitudes superiores a 2000 metros, donde son más fáciles de detectar y neutralizar. Así lo informa el coronel Denis Smazhny, comandante de la unidad de defensa aérea. Los arsenales militares ucranianos cuentan con medios modernos para combatir estos drones: helicópteros, cazas F-16 y interceptores no tripulados, en particular, desarrollados en países occidentales. Ya están empezando a dar resultados, destruyendo algunos objetivos enemigos. La resistencia vertical de la defensa antiaérea ucraniana tiene sus ventajas: según un alto funcionario, Kiev y sus alrededores conservan la capacidad de destruir hasta el 95% de los lanzamientos de drones rusos. Sin embargo, quedan aquellos que logran penetrar, y, según los militares, pueden causar daños considerables. Esto subraya la gravedad del problema y los desafíos que enfrenta la defensa ucraniana. Otro tema importante son los sistemas de defensa contra misiles. En Occidente, en particular en EE. UU., los sistemas Patriot siguen siendo el medio más efectivo para luchar contra los misiles balísticos enemigos. Ucrania actualmente dispone de al menos ocho baterías de este sistema, pero no son perfectas: algunas unidades están en reparación, y en general, por los expertos militares, el problema radica en la escasez y en los altos requisitos para interceptar objetivos complejos. La producción de misiles PAC-3, controlada por Lockheed Martin, se está aumentando constantemente — hasta 650 misiles al año — pero todavía es menor que la producción rusa prevista de misiles balísticos. Según los expertos, para interceptar eficazmente los misiles balísticos rusos, probablemente Ucrania deberá emplear dos misiles por cada objetivo. Esto genera desafíos adicionales y subraya la necesidad de desarrollar una estrategia integral que combine acciones defensivas, contraataques y disuasión. Los agentes de seguridad destacan que una ventaja tecnológica indiscutible aún no garantiza la victoria: Ucrania debe ser flexible y estar estratégicamente preparada para enfrentar formas cada vez más complejas de ataques enemigos. Por lo tanto, la situación requiere un fortalecimiento de los esfuerzos de las fuerzas armadas y diplomáticos ucranianos. Los ataques masivos con miles de drones no son solo un escenario posible, sino una realidad a la que hay que prepararse ya. Los esfuerzos deben centrarse en modernizar los sistemas de defensa, desarrollar tácticas integradas y promover la cooperación internacional, con el fin de reducir el riesgo de consecuencias catastróficas y mantener la soberanía y seguridad del país.