Informe sobre los ataques nocturnos con misiles y drones de Rusia contra Ucrania: campaña masiva de bombardeos con el uso de 14 misiles balísticos y más de 250 drones

En la noche previa al 24 de mayo, las fuerzas militares ucranianas detectaron una agresión a gran escala por parte de las fuerzas rusas, que lanzaron una cantidad significativa de misiles y drones sobre el territorio de Ucrania como parte de su táctica constante de destrucción de infraestructura y terrorismo contra la población. Según datos de las Fuerzas Aéreas de las Fuerzas Armadas de Ucrania, en ese momento, las tropas rusas lanzaron simultáneamente 14 misiles balísticos del tipo Iskander-M y KN-23, así como más de 250 drones de ataque dirigidos a varias regiones del país. La información oficial recibida de las Fuerzas Aéreas indica un alto nivel de complejidad táctica y la magnitud de este ataque. Los militares informan que las defensas aéreas ucranianas lograron detectar y derribar seis de los misiles balísticos lanzados, lo cual, considerando la escala, es un logro importante del sistema de defensa aérea. Además, se neutralizaron 128 drones kamikaze, y otros 117 drones que fueron detectados y suprimidos mediante medios de guerra electrónica (GEE), pero no lograron ser derribados. El principal objetivo del ataque ruso de esa noche fue la región capitalina, lo que vuelve a confirmar la importancia estratégica de Kiev en el contexto de destruir infraestructura de élite ucraniana y el estado de ánimo de la población. Al mismo tiempo, otros objetos y regiones fuera de la capital también sufrieron ataques: se registraron ataques en las regiones de Dnipropetrovsk, Odesa y Zaporiyia, así como en Kharkiv y Donetsk — la geografía de la agresión enemiga evidencia un intento deliberado de romper la integridad del espacio ucraniano. Según informes de las fuerzas militares y las autoridades de seguridad ucranianas, varias regiones resultaron afectadas por estos ataques. Las comunidades locales reportaron destrucción de infraestructura, daños en viviendas y en objetos de infraestructura energética crítica, lo que podría provocar interrupciones significativas en el suministro eléctrico y de agua en las regiones. La protección de la seguridad y la integridad de los ciudadanos sigue siendo una de las principales prioridades de las fuerzas armadas ucranianas y de los servicios especiales. En general, el ataque nocturno es otra prueba de la escalada continua de la campaña militar rusa, que sigue intentando demostrar su poder destruyendo infraestructura y aumentando la presión psicológica sobre los ucranianos. Los expertos militares apuntan que dicho nivel de capacidad de respuesta y la habilidad de la defensa aérea ucraniana para mantener el control y causar bajas al enemigo son aspectos importantes para estabilizar la situación y prevenir futuras acciones de mayor escala por parte del agresor. Ucrania permanece en alerta y continúa fortaleciendo su sistema de defensa para resistir los ataques rusos con misiles y drones, al mismo tiempo que hace un llamado a la comunidad internacional para intensificar el apoyo y garantizar un alto nivel de asistencia defensiva para hacer frente a esta agresión.