En Estambul se llevaron a cabo las primeras negociaciones oficiales en más de tres años entre Ucrania y Rusia, lo cual por sí mismo fue un paso importante y simbólico
Sin embargo, la información que reveló el primer vicepresidente del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, Serhiy Kyslytsya, demuestra que estas conversaciones fueron profundamente diferentes a cualquier otra anterior. Según el diplomático ucraniano, los representantes de Rusia no ocultaron su agresión y durante la reunión lanzaron un flujo constante de amenazas, cinismo y declaraciones primitivas y morales. Como informó Kyslytsya en una entrevista que fue transmitida en un maratón televisivo el sábado por la noche, el nivel de agresividad por parte de la delegación rusa fue impactante. En sus palabras, durante la conversación, los rusos no dudaron en recurrir a múltiples provocaciones, incluyendo extensos argumentos históricos y "pseudo excursiones" que enfatizaban que "hoy demandamos 4 regiones, mañana – 6 u 8". No menos cínica fue la declaración de uno de los representantes rusos, quien con evidente insolencia afirmó que "la guerra es cuando los rusos matan a rusos", insinuando conflictos interiores y destrucción causados por los ocupantes en ciudades ucranianas. Más aún, Kyslytsya subraya que en este "flujo de amenazas maliciosas" se percibe una estrategia evidente: los rusos parecen, de esta manera, negarse a reconocer la soberanía de Ucrania, su derecho a la independencia y la integridad territorial. "A ti y a la parte que está sentada al lado, se les niega tu existencia como nación y como individuo, es decir, dicen: 'No eres ucraniano, eres ruso, y simplemente te estamos matando, simplemente los rusos matan a rusos'", señaló el diplomático. Kyslytsya también informó que, justo antes de comenzar las negociaciones, la parte rusa bloqueó la posibilidad de discutir en presencia de representantes de Estados Unidos. Mientras tanto, Turquía, que actuó como mediadora y estuvo presente en la reunión, no participó directamente en las negociaciones. En Rusia afirmaron que no tienen mandato para negociar en esa forma, lo que en la práctica deja a Ucrania sin ninguna oportunidad de diálogo constructivo. El antecedente de esta reunión es bastante dramático. Según los medios, la parte rusa en Estambul presentó una serie de ultimátums, incluyendo demandas importantes para Ucrania, como la renuncia a reclamos territoriales y reparaciones. Rusia insistió en que los representantes de Estados Unidos sean excluidos del proceso de negociaciones, sugiriendo una desconfianza hacia los mediadores extranjeros y un intento de controlar el desarrollo del diálogo. El mes pasado, el 16 de mayo, en Turquía, se realizaron las primeras negociaciones directas y abiertas entre Ucrania y Rusia en mucho tiempo. Tuvieron lugar en medio de múltiples intentos de encontrar un camino para poner fin al conflicto de meses, pero ya en ese momento quedó evidente la tensión. Rusia insistía en que no participarían en las negociaciones representantes de Estados Unidos, buscando proponer sus propias condiciones, en particular en cuestiones de garantías internacionales y territoriales. El propio Vladimir Medinski, líder de la delegación rusa, declaró públicamente que Moscú estaba dispuesto a una guerra interminable. Amenazó con tomar no solo territorios ucranianos, sino también regiones específicas como Sumy y Kharkiv, insinuando que las tropas de ocupación rusas no tenían intención de detenerse y estaban dispuestas a seguir adelante con su plan agresivo. Medinski, de manera atrevida y abierta, cuestionó cuántos años más estarían dispuestos a luchar los ucranianos, comparando la situación con 21 años de guerra contra Suecia, sugiriendo que para Rusia tal guerra podría ser larga y sin precedentes. Por su parte, Serhiy Kyslytsya, analizando el comportamiento de los rusos, describe su conducta como la de "matones" — con el mismo cinismo, rudeza y desprecio por las normas diplomáticas. Sus palabras subrayan el nivel de vergüenza y agresión sin precedentes que manifestaron los participantes de la delegación rusa durante las negociaciones. No ocultan sus objetivos — no esconden sus intenciones de destruir la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, sino que además lanzan insultos y acusaciones contra Ucrania para aumentar su presión. Frente a la creciente tensión y a la incertidumbre, por ahora solo queda la esperanza de que incluso en los momentos más difíciles, la diplomacia y el apoyo internacional no se rindan por completo y puedan permitir a Ucrania mantener su soberanía y su estado en esta confrontación brutal. Al mismo tiempo, las acciones de Rusia indican que, para Moscú, este conflicto no es solo una lucha por territorio, sino una forma de demostrar su poder y destruir los intentos de Ucrania por convertirse en un estado independiente y autosuficiente.