En Crimea ocupada, continúa una campaña masiva para renombrar las escuelas en honor a los «héroes de la operación especial» rusos y al ejército soviético, lo que provoca una preocupación significativa entre los defensores de derechos humanos ucranianos y la comunidad internacional

Según fuentes independientes, esta iniciativa forma parte de una política más amplia para construir una narrativa propagandística y ejercer influencia ideológica en la península temporalmente ocupada. Según información obtenida de un defensor de derechos humanos anónimo en Crimea, más de 200 instituciones educativas en Crimea ya han recibido nuevos nombres que enaltecen a los militares rusos y la historia soviética. En particular, una participación activa en esta campaña se ha registrado en las regiones bajo control ruso: Simferópol, Sudak, la región de Jankoy, Kirovskaya, Rozdólne y Čornomorsky. La posición principal la ocupa Simferópol, donde las decisiones del consejo municipal ruso han renombrado ya 27 escuelas. Entre ellas, la escuela número 38 ahora lleva el nombre del "héroe de la operación especial" Vladíslav Dorojin. Además del cambio de nombres, en estas instituciones educativas se instalan activamente placas conmemorativas, se crean espacios de memoria, carteles históricos e incluso pequeños museos que promueven los mitos militares rusos y presentan a los participantes de la operación especial como héroes ideales. Las autoridades locales aplican estas medidas con el fin de fomentar en los jóvenes un sentimiento de patriotismo y orgullo por la "ejército ruso y los héroes", intentando fortalecer así el control ideológico sobre la educación en la región. Es importante destacar que, dentro de este programa, se planea la creación de “clubes patrióticos” en las escuelas, los cuales, según el activista, son instrumentos de propaganda y de formación de la conciencia juvenil en línea con los valores militaristas rusos. Están dirigidos a inculcar en los escolares la idea de la heroificación de la agresión militar contra Ucrania y a promover la imagen del "defensor ruso", lo cual representa un riesgo no solo para el proceso educativo, sino también para el futuro de la región. Los activistas y expertos señalan que este amplio proyecto ideológico tendrá un impacto duradero en la formación de la conciencia de la juventud en Crimea. Ven en ello no solo medidas administrativas, sino una política deliberada del gobierno ruso, dirigida a una reescritura total de la historia, la enaltecimiento de la guerra y la idealización de los militares rusos en la región ocupada. Según ellos, esto forma parte de un conjunto de medidas para fortalecer el control y destruir la identidad ucraniana en Crimea anexionada, lo cual contradice las normas internacionales y los principios de libertad educativa y verdad histórica.