El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo una declaración inesperada respecto a las futuras medidas comerciales contra la Unión Europea, que generó un amplio eco en los círculos económicos mundiales
Según sus palabras, desde principios de junio de 2025, Estados Unidos podría imponer aranceles sumamente altos — hasta un 50% — en la importación de bienes de los países de la UE. Esta decisión, según Trump, es una respuesta a las barreras comerciales sistemáticas que, a su juicio, limitan injustamente a los productores estadounidenses y contribuyen al rápido aumento del déficit comercial, que anteriormente era exclusivo de las relaciones entre EE. UU. y la UE. La declaración del político fue realizada a través de su cuenta en la plataforma Truth Social y ya ha provocado numerosos comentarios por parte de analistas internacionales. Trump está convencido de que la Unión Europea utiliza cínicamente varias medidas para restringir los negocios estadounidenses, entre las que se incluyen altos impuestos al valor añadido, sanciones contra corporaciones estadounidenses, barreras no arancelarias, manipulación monetaria y hasta "demandas judiciales infundadas". Todo ello, en su opinión, contribuye a que el déficit comercial anual de EE. UU. con los países europeos ya supere los 250 mil millones de dólares. Trump calificó esta situación como "absolutamente inaceptable" y enfatizó que las negociaciones con la parte europea no están logrando los resultados esperados. En este contexto, propuso — a partir del 1 de junio de 2025 — establecer aranceles del 50% en todos los bienes importados de la Unión Europea. Al mismo tiempo, indicó que esto solo aplicaría a productos fabricados o ensamblados en EE. UU., protegiendo así la producción interna. Cabe destacar que, en el contexto de las futuras medidas, antes de esto, el 23 de mayo se informó que el principal negociador comercial de la Unión Europea, Maroš Šefčovič, había tenido una llamada telefónica con su colega estadounidense, James Grayer. El tema principal de la conversación fue evaluar el avance en las cuestiones de aranceles y explorar posibles caminos para resolver las disputas comerciales. Es importante señalar que, ya el 12 de mayo, Trump expresó públicamente que la Unión Europea es incluso peor que China en materia de comercio con EE. UU., y que las perspectivas de cerrar un acuerdo bilateral son bastante inciertas en este momento. Por otra parte, hay que mencionar que el secretario de Finanzas de EE. UU., Scott Bessent, expresó escepticismo respecto a la rapidez en alcanzar un acuerdo con la UE. Según sus palabras, las negociaciones actualmente se estan estancando por una “problemática de acción colectiva”, lo que dificulta la búsqueda de un compromiso y, en consecuencia, la implementación de acuerdos comerciales mutuamente beneficiosos. Esto subraya la tensión en las relaciones bilaterales, que podría derivar en nuevos conflictos comerciales y complicar la economía global. En resumen, este nuevo paso de Trump es otra señal de la compleja y tensa situación en el comercio internacional, que podría cambiar significativamente el rostro de las relaciones económicas entre EE. UU. y el continente europeo en los próximos meses.