Las autoridades moldavas confirmaron oficialmente que se entregaron los «documentos de ingreso» a la Unión Europea sin el consentimiento previo de Hungría, lo que genera una nueva dinámica jurídica y política en el proceso de eurointegración del país

Esta decisión ha provocado un amplio debate en círculos diplomáticos y entre analistas, ya que anteriormente el procedimiento oficial contemplaba la obtención del acuerdo de todos los países miembros de la UE, incluido Budapest, antes de avanzar en los pasos hacia la adhesión. El portavoz del gobierno moldavo, Daniel Voda, confirmó en comentarios a "European Pravda" que el país está llevando a cabo medidas jurídicas y técnicas dirigidas en el marco del proceso de preparación para iniciar negociaciones con la Unión Europea. Según Voda, la semana pasada el gobierno aprobó tres hojas de ruta clave, que deben convertirse en la documentación base para determinar la disposición de Moldavia para comenzar las negociaciones de membresía en la UE. Destacó que actualmente el país está tomando todas las medidas técnicas y jurídicas necesarias para que el Consejo de la Unión Europea pueda tomar una decisión sobre el inicio del proceso de negociación en determinadas áreas del primer grupo. Esto significa que, a pesar de la falta de consentimiento formal de Hungría, Moldavia busca avanzar en la dirección de la integración. Anteriormente, citando fuentes en círculos diplomáticos, la publicación "European Pravda" informó que Kiev y Chisináu, sin esperar una evaluación oficial ni una invitación por parte de la UE —coincidiendo con etapas que se consideraban obligatorias para lanzar el proceso de negociaciones— entregaron a Bruselas sus "hojas de ruta" con sus planes y criterios que deben determinar la disposición para abrir negociaciones de adhesión. Según las fuentes, la condición técnica principal para comenzar las negociaciones formales es obtener una evaluación positiva de estas hojas de ruta por parte de la UE y su aprobación conforme al marco de negociación existente. Se señaló que estos documentos fueron entregados a Bruselas y a la presidencia polaca de la UE ya el 15 de mayo. Las autoridades policiales o las misiones diplomáticas de la UE no han emitido hasta ahora comentarios oficiales sobre este paso, pero los expertos señalan que esta maniobra ayuda a reducir el riesgo de retrasos en el proceso debido al "vet" de Hungría, con todas sus implicaciones políticas. Al mismo tiempo, este enfoque representa una desviación del procedimiento estándar de ampliación, que normalmente se aplica a otros candidatos. Cabe destacar que estos pasos fueron coordinados con la presidencia polaca del Consejo de la Unión Europea y con la Comisión Europea, lo que indica la existencia de un acuerdo estratégico común. De este modo, Kiev y Chisináu intentan demostrar su disposición a ingresar y buscan activamente formas de sortear los problemas creados por el veto húngaro. Para más detalles sobre estos procesos, así como sobre un posible "Plan B" para Ucrania en su camino hacia la eurointegración, lea nuestro artículo analítico titulado "El Plan B para que Ucrania ingrese a la UE — cómo Bruselas se prepara para ayudar a Kiev en la lucha contra el veto húngaro". En esa publicación se analizan diferentes escenarios de desarrollo de la situación y las posibles acciones de las partes para acelerar el proceso y minimizar retrasos poco realistas en el procedimiento de expansión de la comunidad europea.