La administración de Donald Trump ha retirado del Harvard University la autorización para aceptar estudiantes extranjeros, lo que pone en peligro su estatus legal en los Estados Unidos

Chas Pravdy - 22 mayo 2025 23:24

Esta decisión ha generado un considerable revuelo en los ámbitos educativos y jurídicos del país, ya que ahora los extranjeros que anteriormente planeaban estudiar en este prestigioso centro humanitario deben buscar instituciones alternativas o arriesgarse a perder su estatus legal internacional. Así lo informa la agencia Reuters, citando a la ministra de Seguridad Interior de EE. UU., Kristin Neumann, quien anunció esta sorprendente y radical medida. Según información oficial, en la orden se indica la suspensión de la certificación del programa de intercambios de estudiantes extranjeros, lo que permitía a estudiantes de otros países estudiar en Harvard de manera legal. La ministra de Seguridad Interior acusó a la universidad de promover supuestamente la "incitación a la violencia, antisemitismo y colaborar con el Partido Comunista de China". Ella enfatizó: "Para las universidades, esto es un privilegio, no un derecho. No tienen derecho automático a aceptar estudiantes extranjeros ni a recibir recursos financieros sustanciales de ellos que ayuden a aumentar los multimillonarios presupuestos de la institución". Antes de esto, la historia se volvió aún más compleja y triste para la universidad. En particular, se sabe que el Ministerio de Salud y Servicios Sociales de EE. UU. ya suspendió la financiación del programa de subvenciones de Harvard por más de 60 millones de dólares. La razón principal de esta medida radical se atribuye a lo que se considera una falla por parte de la universidad para combatir signos de antisemitismo y discriminación en la comunidad estudiantil y académica. Además, en marzo de este año, debido a la incertidumbre financiera provocada por la política de la administración Trump, Harvard anunció una suspensión temporal en la contratación de nuevos profesores y personal administrativo. Esto causó preocupación en muchos círculos universitarios, ya que la crisis financiera podría afectar negativamente la actividad científica y la reputación global del cuerpo académico de Harvard. En abril, Harvard demandó a la administración de la Casa Blanca, acusando al gobierno federal de acciones arbitrarias para reducir la financiación de sus investigaciones. La demanda alegaba que la administración buscaba castigar a la universidad por supuestamente proteger sus derechos constitucionales y limitar la libertad académica. Según los abogados de Harvard, estas acciones representan una forma adicional de presión política y una violación de las normativas legales. En general, esta situación abre un amplio debate sobre las capacidades y obligaciones de las universidades estadounidenses en el ámbito de la educación internacional, además de poner en duda la política de la administración Trump respecto al control de organizaciones educativas y humanitarias en el país. Al mismo tiempo, para los estudiantes de otros países, especialmente aquellos que ya planeaban o se estaban preparando activamente para estudiar en Harvard, esta noticia representa un obstáculo a sus ambiciones educativas y un desafío para encontrar nuevos caminos académicos. El futuro de la cooperación internacional y de la apertura de puertas para los estudiantes extranjeros en EE. UU. ahora está en entredicho, adquiriendo una relevancia particular en medio de la tensión política y la política interna de Washington.

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