China y los Países Bajos han trazado un rumbo ambicioso hacia el profundización de su asociación estratégica en el contexto de los desafíos globales actuales

Anunciaron su intención de desarrollar la interacción y activar los contactos en un momento en que el mundo enfrenta una serie de situaciones complejas que requieren esfuerzos conjuntos. La declaración de aspiraciones hacia una cooperación aún más estrecha se realizó el 22 de mayo durante una cumbre de un día que tuvo lugar en la capital de China. Según la agencia Reuters, los países destacaron que a través del fortalecimiento del diálogo y de vínculos prácticos es posible superar los retos que enfrenta la comunidad global. En el marco de esta iniciativa de política exterior, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, y su homólogo neerlandés, Kaspar Wlcdkamp, intercambiaron ideas sobre las futuras direcciones de cooperación. Durante la reunión en Beijing, Wang Yi señaló que China promoverá activamente el desarrollo de relaciones con la Unión Europea y ayudará a estabilizar la economía mundial, que actualmente está bajo presión constante por las crisis geopolíticas y financieras. “China busca profundizar el diálogo, fortalecer la cooperación con los Países Bajos y ampliar los proyectos prácticos en diferentes ámbitos”, enfatizó el funcionario. En respuesta, Wlcdkamp subrayó que la UE y los Países Bajos están interesados en una asociación con China que permita afrontar eficazmente los desafíos globales contemporáneos. Los Países Bajos expresaron su disposición a colaborar con China en áreas como la lucha contra el cambio climático, la transición sancionada hacia una economía verde, el apoyo a los sistemas multilaterales y la cuestión de la igualdad de género. El ministro también resaltó la importancia de buscar nuevas vías de cooperación en estos ámbitos durante su visita planificada a China. Tras reunirse con Wlcdkamp, el primer ministro neerlandés, Diederik Samsom, expresó la esperanza de realizar una visita a China en la segunda mitad del año, lo cual, según sus palabras, contribuiría a fortalecer aún más la colaboración. Esto confirma el alto interés de ambas partes por activar los contactos bilaterales. En los últimos meses, en medio de un deterioro en la situación geopolítica en Europa y en el mundo, se ha observado un aumento en la actividad diplomática entre Bruselas y Pekín. Por ejemplo, en abril, el primer ministro español Pedro Sánchez visitó China con una visita oficial, y a finales de ese mes, el comisario europeo Maroš Šefčovič mantuvo negociaciones con sus colegas chinos sobre futuras colaboraciones comerciales. La reunión prevista en julio entre la UE y China en formato cumbre es otra confirmación del interés de las instituciones europeas en reactivar el diálogo. Sin embargo, ante la incertidumbre del comercio global derivada de los aranceles y sanciones implementados por la administración de Estados Unidos, Europa busca socios confiables y trata de dinamizar su cooperación con China. En el ámbito de la diplomacia internacional, los países también mantienen su actividad. Recientemente, Wang Yi dialogó con su homólogo británico, David Lidington, sobre cuestiones de seguridad global y presión unilateral, incluyendo críticas a la política de EE. UU. Además, los medios reportaron que Pekín se prepara para levantar las sanciones existentes contra cinco parlamentarios europeos, actuales y expresos, que han criticado públicamente las violaciones de derechos humanos en China, lo que abre nuevas oportunidades para negociar acuerdos comerciales. Asimismo, a fines de abril, el líder chino, Xi Jinping, en un discurso afirmó que el país está preparado para una cooperación a largo plazo y mutuamente beneficiosa con los líderes de la Unión Europea. Esto es una señal de la intención de apoyar la estabilidad y el desarrollo de las relaciones internacionales en un contexto de tensión y competencia en el escenario mundial. En general, la orientación estratégica de las relaciones bilaterales entre China y los Países Bajos está ganando impulso, caracterizándose por un deseo de colaboración en diversos ámbitos, desde la economía y el comercio hasta la seguridad global y las iniciativas climáticas. La mutua interés en crear un orden internacional más estable y predecible también crece, especialmente en el contexto del incremento de los desafíos geopolíticos en el siglo XXI.