Se prepara una nueva etapa del conflicto: las fuerzas militares israelíes han intensificado su preparación para un posible golpe contra los objetivos nucleares de Irán, alejándose de algunas posibilidades diplomáticas y planteando nuevamente la cuestión de una escalada en la región de Oriente Medio

Chas Pravdy - 21 mayo 2025 05:27

Según CNN, citando fuentes de la inteligencia estadounidense, los israelíes llevan más de varios meses concentrados en la posible utilización de la fuerza militar contra la infraestructura nuclear iraní, y estas tendencias están ganando fuerza en vísperas de un posible acuerdo entre EE. UU. e Irán, que los líderes israelíes consideran insuficientemente duro y capaz de permitir queTeherán conserve una parte significativa de su potencial nuclear. Según fuentes en Washington, nuevos datos de inteligencia indican que el riesgo de un ataque israelí ha aumentado considerablemente. Los informes subrayan que aún no se han tomado decisiones oficiales, pero el liderazgo del país ya está considerando la posibilidad de utilizar medios militares como uno de los escenarios posibles. Este aspecto se ha vuelto particularmente relevante ante los informes sobre la actividad de las estructuras militares israelíes, incluyendo traslados de municiones aéreas y la realización de ejercicios a gran escala en tierra y en el aire. Todo esto parece indicar una disposición a actuar en caso de extrema necesidad, así como enviar una señal a Teherán y a la comunidad internacional. Paralelamente, en la sociedad y en el ámbito político se discute activamente la posibilidad de utilizar un ataque como medio de presión sobre Irán para obligarlo a reconsiderar su programa nuclear y abandonar componentes clave. Algunos expertos y analistas señalan que este escenario podría ser un intento de las fuerzas israelíes de hacer que Teherán detenga actividades que podrían conducir a una escalada peligrosa, argumentando que se trata de un elemento de presión psicológica para mantener el equilibrio de poder en la región. En cuanto a la postura del gobierno israelí, según analistas, el primer ministro Benjamín Netanyahu intenta encontrar un equilibrio entre el deseo de evitar la firma de un nuevo acuerdo nuclear entre EE. UU. e Irán y mantener las relaciones diplomáticas actuales con Washington. Los interlocutores señalan que, si bien el gobierno israelí busca desbaratar o al menos debilitar un posible acuerdo “de paz” entre ambos países, no desea provocar un conflicto abierto ni destruir la asociación estratégica con Estados Unidos, por lo que la decisión de atacar dependerá en última instancia del desarrollo de los acontecimientos, en particular de las acciones de Trump y de los acuerdos alcanzados. Por otro lado, en la Casa Blanca persiste la cautela respecto a facilitar directamente las operaciones israelíes sin provocaciones serias por parte de Teherán. Se sabe que la administración de EE. UU. aboga por una vía diplomática y la moderación, y, a menos que la situación se complique con acciones militares urgentes por parte de Irán, es poco probable que Washington permita o apoye operaciones a gran escala de Israel sin fundamentos claros y primeras provocaciones reales. En cuanto a las capacidades potenciales de los israelíes, destruir completamente el potencial nuclear iraní sin la participación de EE. UU. actualmente resulta poco probable debido a la alta complejidad de la operación, especialmente considerando la necesidad de reabastecimiento aéreo y el uso de municiones de alta precisión para penetrar las refugios subterráneos. Sin embargo, en el gobierno israelí existe la confianza: el país es capaz de actuar unilateralmente si la situación se vuelve crítica para ellos, y consideran esta operación como un paso importante para prevenir amenazas futuras. Según fuentes de CNN, en el liderazgo israelí existe un riesgo real de que, si la administración estadounidense firma un acuerdo con Irán que para Jerusalén resulte inaceptable, los israelíes analizan la posibilidad de una respuesta militar rápida y decidida para impedir ese acuerdo. La presencia de señales de diversas fuentes sobre la disposición de Israel a usar la fuerza es otro indicio de que la región está nuevamente al borde de una nueva ola de tensión y conflicto, centrada en la cuestión del programa nuclear de Teherán y la seguridad del Estado de Israel.

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