Más de 150 vehículos aéreos no tripulados atacaron el territorio de Rusia en las últimas 24 horas, causando alarma y restricciones temporales en el espacio aéreo de varias regiones
Este es uno de los ataques con drones de mayor escala en los últimos meses y, a la vez, un signo del aumento de los esfuerzos ucranianos para desestabilizar la infraestructura rusa. Según información oficial del Ministerio de Defensa de Rusia, durante este ataque se emplearon más de 150 drones, algunos de los cuales fueron interceptados o derribados. De acuerdo con los informes, varios regiones resultaron afectadas, incluyendo las provincias de Brjánsk, Orlowsk, Kursk, Moscú, Vladimir, Riazán, Bélgorod, Tula y Kaluga, así como la zona del Mar Negro. Lo especialmente preocupante es que fueron atacados objetos industriales estratégicos importantes. Por ejemplo, en la ciudad de Bolhov, en la provincia de Orlowsk, donde se encuentra una de las fábricas clave de dispositivos semiconductores, se registraron daños. Fuentes ucranianas y canales de Telegram informan que allí se produjo un ataque masivo de drones y, en particular, se reportaron daños en la integridad de las instalaciones de producción. Según datos oficiales, temporalmente se aplicaron restricciones en el funcionamiento de los aeropuertos de Yaroslavl, Kostroma y Kaluga, lo que indica un aumento en la alerta aérea. Al mismo tiempo, las autoridades locales de la provincia de Orlowsk aseguran que se evitó la destrucción y las víctimas, y que actualmente solo hay daños leves en algunos objetos de infraestructura. También se informa que las fuerzas ucranianas son capaces de interceptar la mayoría de los drones, aunque algunos lograron atravesar el sistema de protección, causando ciertas fallas. En particular, en canales de Telegram y medios de comunicación surgió la información de que el ataque se dirigió específicamente a la fábrica de dispositivos semiconductores en Bolhov, perteneciente a JSC "BZPP". Esta fábrica estratégica produce productos para sistemas de comunicación, control, guerra electrónica, así como simuladores para tanques y sistemas de misiles. Se señala que los objetos dañados en la planta podrían haber afectado la provisión de componentes importantes para equipos militares y sistemas de seguridad. Expertos ucranianos y analistas militares señalan que la escala de este ataque es una señal del incremento de esfuerzos en la resistencia a la agresión rusa, así como una muestra del creciente contrafuego de Ucrania en el ámbito de los golpes remotos y la lucha de inteligencia. Al mismo tiempo, en Rusia intentan minimizar la magnitud y las consecuencias del ataque, argumentando que los daños y las víctimas son pequeños. De ello se deduce claramente que las fuerzas ucranianas continúan utilizando drones para presionar al enemigo, destruir cadenas logísticas y expresar de manera contundente su postura en la guerra. Al mismo tiempo, Moscú llama a reforzar los sistemas de defensa aérea y a mejorar las tecnologías de drones para prevenir futuros ataques. Este evento confirma nuevamente que la lucha por el control del espacio aéreo sigue siendo uno de los componentes principales de la guerra moderna; y, aunque las fuerzas ucranianas llevan tiempo obteniendo ventajas significativas en este campo, el proceso sigue siendo tenso y dinámico. Los participantes en el conflicto continúan buscando maneras de fortalecer su protección y explorar nuevas formas de contraofensiva en el futuro.