Letonia insiste en fortalecer las sanciones por parte de la Unión Europea contra Rusia y llama a implementar medidas que realmente irriten al liderazgo del Kremlin y le causen un golpe sustancial

El ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Kaščiūtis Budrys, afirma que los esfuerzos de la UE deben dirigirse no solo a la continuación formal de la política sancionadora, sino también a crear mecanismos de presión reales que afecten las áreas clave de la economía y defensa rusas. Según sus palabras, es hora de comenzar activamente la preparación para la implementación del llamado paquete de sanciones número 18, que debe convertirse en la siguiente etapa importante en los esfuerzos de Occidente para contener la agresión de Moscú. Durante la reunión del Consejo de la Unión Europea sobre Asuntos Exteriores y de Defensa en Bruselas, el jefe de la diplomacia lituana enfatizó que debe terminar la estrategia actual del liderazgo ruso de evadir responsabilidades y procrastinar en los procesos sancionadores. Subrayó que el engaño, la desorganización y las distracciones son tácticas de Vladimir Putin, que le permiten evitar castigos justos, trasladando rápidamente la responsabilidad y continuando su agresión. Budrys resaltó que el paquete de sanciones 17, aprobado en mayo de este año, ya perdió vigencia y no corresponde a las realidades actuales. “Debemos actuar de manera rápida y decisiva. El próximo, paquete 18, debe golpear las áreas clave que aún permanecen inmunes a las estructuras financieras y los recursos rusos. Se trata de energía, especialmente los sectores del gas y del petróleo, así como la industria nuclear. Es importante limitar los flujos financieros para detener el apoyo a la máquina bélica rusa”, afirmó el ministro lituano. Según Budrys, el trabajo para la implementación de nuevas sanciones debe comenzar sin demora. “Si no actuamos ahora, nuestras palabras y declaraciones perderán credibilidad. Debemos mostrar esta realidad a Moscú para que no vuelva a esperar evitar responsabilidades”, añadió. En general, considerando la situación actual, líderes y expertos europeos coinciden en que es importante reorientar la política de sanciones. Donde antes Ucrania y los países occidentales se centraban en restricciones a bancos rusos y empresas específicas, ahora es necesario pasar a medidas más efectivas y que tengan un impacto destructivo en la economía rusa. Así, en el marco del trabajo sobre el paquete 18, Estados Unidos ya mantiene consultas con sus colegas europeos sobre restricciones para bancos de terceros países que apoyan proyectos militares y de defensa rusos. Esto incluye instituciones financieras fuera de la UE que apoyan activamente o colaboran con el ejército y la industria de defensa rusos. Lamentablemente, en el escenario político mundial persiste una posición pro-rusa. Por ejemplo, el expresidente de EE. UU. Donald Trump no se apresura a imponer nuevas sanciones contra Rusia, argumentando que actualmente existe una oportunidad para reducir la tensión y negociar. Sin embargo, Trump no descarta que en el futuro la política de sanciones pueda reforzarse si la situación no mejora y Rusia no detiene su agresión. Esto genera un contexto adicional para las discusiones diplomáticas y económicas sobre los caminos y métodos de presión que deben aplicarse para detener la guerra y estabilizar la situación en torno a Ucrania. Por lo tanto, la resistencia y la disposición a fortalecer las sanciones son elementos clave en la estrategia exterior actual de la Unión Europea y los socios de Ucrania en la lucha contra la agresión rusa. Ha llegado el tiempo de tomar decisiones importantes y aplicar mecanismos efectivos, y su implementación dependerá del futuro de la seguridad y estabilidad de la región.