En Rusia continúa un ataque aéreo a gran escala por parte de drones ucranianos, que ocurrió durante todo el día 21 de mayo, según fuentes oficiales y medios rusos

Según la información del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, esa noche y la mañana fueron intensos en combates activos por parte de los drones ucranianos, que intentaban de manera deliberada atacar diversos objetivos en territorio ruso, causando pánico y fallos técnicos. De acuerdo con los informes de los ministerios de defensa rusos y agencias de noticias, las fuerzas de defensa aérea de Rusia respondieron eficazmente a estos ataques, destruyendo más de 250 drones ucranianos durante la noche y el día. Según datos oficiales, al amanecer el Ministerio de Defensa de la RF informó de la destrucción de 150 aparatos no tripulados, y para el final de la jornada laboral esa cifra aumentó en otros 100, lo que demuestra la magnitud y la alta intensidad del ataque. Las regiones más afectadas por daños y destrucción fueron la provincia de Oryol, donde durante el ataque se interrumpió el funcionamiento de una fábrica de semiconductores. Según datos preliminares, varios drones ucranianos fueron derribados sobre esta región, aunque los combates provocaron un incendio en la planta, lo que generó mayor alarma entre los residentes locales y los servicios de protección civil. En la región de Moscú, los drones ucranianos también dejaron su huella de destrucción: allí se abatieron aproximadamente 27 aparatos. Como resultado del ataque, varios aeropuertos, como Domodédovo y Zhukovski, suspendieron temporalmente sus operaciones para garantizar la seguridad de pasajeros y personal. Los habitantes de la región enfrentaron serias interrupciones en el transporte y otros elementos de infraestructura. Tampoco estuvieron exentas de fallos técnicos las comunicaciones. En la región de Lípetsk, donde los drones ucranianos lanzaron nuevamente un ataque masivo, la desconexión del internet móvil provocó problemas en la comunicación en varias localidades. Además, en Moscú, en la región de Moscú, en Vorónezh y en Tula se registraron fallos periódicos en el servicio móvil y otros canales de comunicación, lo que complicó aún más la situación. En general, esta crisis confirma una vez más el alto nivel de tensión e incertidumbre en la región, así como la creciente amenaza por parte de los sistemas de drones ucranianos, que continúan atacando objetivos estratégicos y civiles en territorio ruso. Las autoridades rusas reiteran la necesidad de reforzar la defensa aérea y de movilizar recursos para hacer frente a ataques de esta magnitud.