El Primer Ministro de Polonia, Donald Tusk, realizó una declaración contundente respecto a las actividades sospechosas de un buque ruso cerca del cable energético que conecta Polonia y Suecia, generando preocupación por posibles intentos de desestabilización de la seguridad en la región
Según el premier polaco, el incidente ocurrió hace unos días y ha sido objeto de una rápida respuesta por parte de las fuerzas militares polacas, lo que ilustra la gravedad de la situación. De acuerdo con la información divulgada, el barco ruso, que forma parte de lo que se denomina la «flota en la sombra» —una flota de embarcaciones que están bajo sanciones internacionales y representan un posible reto para la seguridad regional— realizó maniobras inusuales y sospechosas cerca del cable submarino. Este objeto energético tiene una importancia estratégica para el suministro de energía de los países de la zona, y cualquier intento de interferencia genera una seria inquietud. El jefe del gobierno polaco, en su comunicado en la red social X (anteriormente Twitter), destacó que las fuerzas militares polacas, tras recibir una señal de posible peligro, actuaron con rapidez frente a la situación. Como resultado, el buque ruso se negó a continuar con sus movimientos y zarpó hacia uno de los puertos rusos, lo que podría indicar un intento de ocultar sus intenciones o bien una señal de disposición a reducir las tensiones en el conflicto. Este incidente se produce en un contexto de tensión prolongada en la región y de maniobras militares activas por parte de Rusia, que, según informes, usa sistemáticamente lo que denominan la «flota en la sombra» para realizar operaciones no declaradas en aguas internacionales. Asimismo, hace unos días, las fuerzas estonias intentaron impedir el paso de un petrolero ruso, Jaguar, también vinculado potencialmente a las actividades de la «flota en la sombra». Intentaron detener la nave, que transitaba por las aguas internacionales del golfo de Finlandia hacia el puerto de Primorsk, pero la tripulación se negó a acatar las órdenes de los guardias fronterizos y abandonó las aguas estonias. Es notable que, en respuesta a estas acciones militares rusas, Estonia informó sobre la aparición de un caza que violó su espacio aéreo. El ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna, subrayó que estos incidentes muestran la intención de Rusia de proteger y mantener su «flota en la sombra», lo que evidencia un aumento de la tensión militar en la región del Mar Báltico. Todo esto sucede en un contexto de creciente inestabilidad y despliegue militar cerca de las fronteras de los países vecinos, lo cual genera preocupación en los países de la Alianza y en los principales socios de la Unión Europea. Polonia, Estonia y otros países bálticos insisten en la necesidad de reforzar la capacidad defensiva y tomar medidas más decididas para contrarrestar cualquier provocación que pueda poner en peligro la seguridad energética y militar de la región. Dado que los últimos acontecimientos evidencian una creciente influencia rusa y esfuerzos de operaciones discretas cercanas a infraestructuras estratégicas, expertos llaman a aumentar la cooperación entre aliados y afrontar conjuntamente las posibles provocaciones. De esta manera, en la región se reactualiza la cuestión de la seguridad de la infraestructura y del control diplomático, mientras la situación alrededor de la «flota en la sombra» de Rusia deja muchas preguntas sobre sus próximos pasos y estrategias de desestabilización. Los Estados responsables hacen un llamado a esfuerzos conjuntos y a una vigilancia elevada para evitar posibles escaladas y garantizar la estabilidad en la zona más crítica para la seguridad energética y militar del área.