La Unión Europea ha impuesto por primera vez sanciones a gran escala por el uso de armas químicas contra Ucrania, confirmando definitivamente su solidaridad en la lucha contra las violaciones del derecho internacional y contribuyendo a fortalecer el sistema global de control sobre los medios prohibidos para hacer la guerra
Esta decisión ha sido una respuesta a numerosos testimonios e informes fundamentados de instituciones internacionales que documentan el uso de sustancias peligrosas en zonas de combate activo. Según información oficial del Consejo de la Unión Europea, las nuevas medidas restrictivas afectan a tres estructuras militares rusas directamente relacionadas con la investigación, el desarrollo y el uso de armas químicas. Se trata de las Fuerzas de Protección Radiológica, Química y Biológica, el 27º centro científico y el 33º instituto central de investigación y pruebas del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa — estas organizaciones forman parte de las Fuerzas Armadas de Rusia y están directamente implicadas en medios y tecnologías que violan las normas internacionales de prohibición de las armas químicas. Las medidas restrictivas implementadas por la Unión Europea abarcan a 25 personas físicas y seis organizaciones en respuesta a los informes publicados a finales de 2024 y principios de 2025 por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Estos informes confirman claramente la existencia y el uso de medios para reprimir disturbios mediante sustancias químicas, en particular CS (clorobenzalmalononitrilo) y compuestos relacionados, detectados en muestras recolectadas en el frente ucraniano. Según representantes del Consejo de la UE, estas sustancias químicas habrían sido utilizadas por las fuerzas rusas como medio de combate, infringiendo las normas convencionales y las obligaciones de Rusia respecto a la prohibición de armas químicas. El viceministro del departamento diplomático de la Unión Europea recordó que la Federación Rusa aún no ha proporcionado explicaciones oficiales y convincentes sobre el uso de dichas sustancias en zonas de conflicto. Esto confirma la gravedad de la situación y obliga a la UE a llamar a los órganos internacionales de control, en particular a la OPAQ, a acelerar las investigaciones y a identificar a las personas y estructuras responsables del uso de armas químicas. La declaración oficial de la Unión Europea insta a la organización a establecer y garantizar la responsabilidad por estas acciones, que no solo constituyen una violación de los tratados internacionales, sino que también representan una amenaza personal para la seguridad y la vida de la población civil en Ucrania. El trasfondo de estos acontecimientos refleja el aumento de la tensión en los esfuerzos internacionales por frenar el uso de medios de guerra prohibidos. Ya en octubre del año pasado, el Reino Unido impuso medidas restrictivas contra tres estructuras militares rusas y una persona física acusada de haber usado armas químicas en un contexto relacionado. En consecuencia, en mayo de 2025, la Unión Europea aprobó un nuevo paquete de sanciones — el séptimo en serie — contra Rusia con el objetivo de aumentar la presión y erradicar tales amenazas en la arena internacional. Entre sus medidas, se incluyen restricciones a las actividades de casi 200 barcos rusos, cuyo mar puede estar realizando operaciones “fantasma” para eludir el embargo, así como el fortalecimiento de las acciones contra amenazas híbridas y la protección de los derechos humanos. El siguiente, decimoctavo paquete de sanciones ya está en proceso de desarrollo. Tiene como objetivo ampliar las restricciones no solo a los bancos rusos que sustentan la economía militar, sino también a las instituciones financieras de Estados que financian la industria de defensa y el ejército rusos desde fuera de la UE. Estas medidas forman parte de los esfuerzos internacionales por frenar la agresión destinada a destruir la paz y la seguridad en Europa y en el mundo en general. Además de las medidas estrictamente militares y económicas, los líderes europeos subrayan la importancia de mantener el estado de derecho y el régimen internacional de control de armas prohibidas, en particular las armas químicas.