Hungría vuelve a estar en la primera línea de la lucha contra la inteligencia secreta: la revelación de dos «espías» ucranianos genera una nueva ola de tensión en las relaciones

El martes, los servicios secretos húngaros realizaron una declaración contundente, informando sobre la detención y revelación de otros dos ciudadanos ucranianos sospechosos de actividades de espionaje contra el país. Este es un episodio más en la prolongada lucha entre Hungría y la inteligencia ucraniana, que lleva tiempo siendo sospechosa de realizar operaciones ilegales en el territorio de Europa Central. Esta noticia provocó una amplia repercusión en los círculos políticos de la región y generó un nuevo impulso para un análisis más profundo de la situación. Según Zoltán Kovács, portavoz oficial del gobierno húngaro, la causa de las detenciones es la intención de estas personas de desprestigiar la imagen del país en el ámbito internacional y promover los intereses de actores externos que buscan debilitar el estatus internacional de Hungría en el contexto del conflicto en Ucrania. Kovács, citando palabras del líder de la bancada parlamentaria de Fidesz, Mate Kocsis, informó sobre la revelación de dos personas, cuyos nombres han sido oficialmente divulgados: son Roland Cebér e István Gollo. De acuerdo con los servicios secretos húngaros, Cebér, que actúa fuera de un estatus legal, es supuestamente «un colaborador ilegal de la inteligencia ucraniana», que estableció contactos con estructuras políticas de oposición y trató de ayudar a cambiar la postura de Hungría respecto a la guerra en Ucrania. Su papel consistía, presuntamente, en organizar reuniones con actores políticos y militares con el fin de influir en decisiones en el ámbito de la política exterior. En la declaración se señala que, ante su creciente influencia y actividad, en 2024 se le prohibió la entrada directa en el país. En cuanto a Gollo, se le sospecha de llevar a cabo actividades de espionaje para obtener información secreta militar y energética, necesaria para el lado ucraniano para llevar a cabo operaciones bélicas. Él mismo es ciudadano ucraniano y, según las investigaciones húngaras, intentaba recopilar datos relacionados con potenciales crisis militares y energéticas, así como posibles escenarios de desarrollo de la situación en la región. El comunicado resalta que estas acciones son ejemplos clásicos de operaciones de influencia destinadas a desprestigiar a Hungría en el escenario internacional y presionar al gobierno para que ajuste su política respecto a Ucrania. Al mismo tiempo, en el propio gobierno enfatizan que la revelación de estos agentes es solo una parte de una campaña más amplia contra los servicios de inteligencia externos, que buscan sembrar desinformación y debilitar la estabilidad del país. Cabe señalar que solo unas semanas atrás, el 9 de mayo, el Servicio de Seguridad de Ucrania informó sobre la revelación de una red de agentes de la inteligencia militar húngara que operaba en Transcarpacia. Según las agencias ucranianas, esta red se dedicaba a recopilar información sobre las sentimientos de los residentes locales y su reacción a la posible presencia en la región de “pacificadores húngaros”. Además, Kiev afirmó inicialmente que los servicios secretos húngaros buscaban promover sus intereses en Ucrania y recoger inteligencia que pudiera ser utilizada en materia de seguridad y defensa. La reacción de los diplomáticos húngaros no se hizo esperar: inicialmente, Budapest negó cualquier comunicación oficial con Kiev y subrayó que aún no había recibido confirmaciones oficiales sobre la revelación de agentes húngaros. Sin embargo, esta táctica diplomática fue de corta duración: unas horas después, el gobierno anunció oficialmente la expulsión de dos diplomáticos ucranianos, acusándolos de actividades de espionaje — un paso que fue una respuesta a las declaraciones desde Kiev. La confrontación no terminó allí: Ucrania, en respuesta, expulsó a dos diplomáticos húngaros, lo que agravó aún más la tensión en el ámbito diplomático de la región. En el contexto de los acontecimientos recientes, es importante entender cuánto influirá esta situación en la estabilidad de las relaciones bilaterales, así como en los procesos de cooperación en el marco de la Unión Europea y la OTAN. En general, la situación continúa desarrollándose en un marco de agudas disputas políticas, y la cuestión del papel de los servicios secretos extranjeros en la estabilidad de la región y la soberanía de los Estados sigue siendo relevante. Los expertos apuntan que estos casos subrayan la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad y tener precaución con la manipulación informativa y las provocaciones por parte de actores externos. El prolongado enfrentamiento diplomático entre Budapest y Kiev demuestra cuán compleja y multifacética es la situación de seguridad en la región y hace un llamado a ser cautelosos al analizar y comentar sobre eventos que tengan resonancia internacional.