Donald Trump anunció una «línea roja» en su mente respecto a una posible intervención en el proceso de negociaciones entre Ucrania y Rusia, insinuando que ciertas acciones o condiciones cruzarían ese límite y le obligarían a salir del diálogo diplomático
Sin embargo, aseguró que este límite existe únicamente en su mente y no desea hacerlo público para no complicar el desarrollo de las negociaciones. Cabe señalar que las palabras de Trump se expresaron en el contexto de su reciente interacción con periodistas en la Casa Blanca, donde respondía a preguntas sobre lo que podría constituir una "línea roja" que podría impedirle apoyar el proceso de paz. Al comunicar su posición, dijo: "Sí, tengo ese límite, pero no voy a decirlo porque creo que eso podría complicar aún más las negociaciones". El presidente de EE. UU. reiteró su opinión de que Estados Unidos "no debería haberse involucrado" en esta guerra desde el principio y expresó la convicción de que sería mucho mejor que los países participantes en el conflicto no estuvieran involucrados en esta guerra. Trump también afirmó que está dispuesto a abandonar las negociaciones diplomáticas entre Ucrania y Rusia si, en su opinión, el progreso en la resolución del conflicto no avanza. Mientras tanto, se abstuvo de imponer nuevas sanciones contra Moscú, motivando esto por la posibilidad de encontrar una vía hacia la paz. Según sus palabras, "existe una posibilidad" de que los esfuerzos diplomáticos puedan dar resultados positivos y poner fin a la guerra iniciada por Vladimir Putin. La antecedente de esta declaración resulta interesante: tras una llamada telefónica con Putin, Trump expresó la opinión de que Ucrania y Rusia podrían comenzar urgentemente negociaciones para detener los combates. Sin embargo, fuentes, incluyendo el periódico Financial Times, informaron que los líderes europeos con quienes Trump discutió el tema quedaron "desconcertados" por su descripción de los resultados de la llamada con el presidente ruso. Esto indica que la postura de Trump respecto a una posible resolución pacífica podría no coincidir con las sensibilidades y expectativas de sus aliados europeos, quienes insisten en un enfoque más prudente y reflexivo respecto a la situación en Ucrania.