Una señal de advertencia desde Occidente: líderes europeos preocupados por la actitud de Trump hacia Putin y temiendo compromisos
Después de una reciente llamada telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin, el presidente estadounidense Donald Trump se ha convertido en el centro de críticas y preocupaciones entre los dirigentes de los países europeos. Según informa el periódico Financial Times, los líderes de los Estados miembros de la Unión Europea y altos funcionarios con quienes Trump conversó en relación con el incidente, manifestaron estar profundamente insatisfechos y sorprendidos por su comportamiento y su enfoque en las relaciones con el Kremlin. Según una fuente del FT, familiarizada con los detalles de la conversación telefónica, el presidente de EE. UU. durante la llamada con Vladimir Putin no mostró intenciones de ejercer presión sobre el dirigente ruso para lograr resultados concretos o pasos en dirección a Ucrania. Incluso más preocupante para los diplomáticos europeos fue que Trump, justo antes, informó no solo al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, sino también a los líderes de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Finlandia, así como a la jefa de la Comisión Europea, sobre el contenido de su conversación con Putin. De acuerdo con la información proporcionada por FT, los líderes europeos quedaron "desagradablemente sorprendidos" por las formulaciones y detalles que Trump transmitió en su informe sobre el encuentro con el presidente del Kremlin. Muchos expresaron su preocupación de que el mandatario estadounidense no esté dispuesto a aplicar esfuerzos suficientes para presionar a Putin y hacer que actúe con mayor flexibilidad y responsabilidad respecto a Ucrania y las iniciativas internacionales de paz. En las capitales europeas ya comienzan a temer que esa postura pueda conducir a acuerdos con Moscú que satisfagan las ambiciones de Putin y contravengan los intereses críticos del pueblo ucraniano. Recordemos que, tras su conversación con Putin el 19 de mayo, Trump hizo una declaración ambigua donde afirmó que Ucrania y Rusia iniciarían "inmediatamente" negociaciones para detener la guerra. Sin embargo, en ese mensaje parece no haber destacado varias cuestiones importantes: por un lado, los requisitos de la Administración de EE. UU. para un cese del fuego incondicional, los cuales Putin ignoró abiertamente, y por otro, la posible presión mediante sanciones en caso de que Moscú siga rechazando hacer concesiones. Precisamente, esta combinación de mensajes, fructífera pero muy delicada, generó mayor inquietud entre los diplomáticos y analistas occidentales. Los participantes en las consultas internacionales prognostican que, si EE. UU. cede o firma acuerdos que contradigan los intereses de Ucrania, esto podría tener consecuencias a largo plazo para la estabilidad y seguridad en la región. Tras la publicación de estas declaraciones, Trump mantuvo una conversación de una hora con Zelensky y líderes europeos, pero las cuestiones sobre la presión a Rusia y una posición clara respecto a las sanciones siguen abiertas y provocan preocupación entre expertos y diplomáticos. La pregunta clave es si se mantendrá una estrategia europea unificada en la oposición a la agresión de Moscú y cómo afectarán los nuevos movimientos políticos de Washington a la unidad y el apoyo a Ucrania —estos son los mayores desafíos para la comunidad internacional en los próximos meses.