Servicios de Seguridad de Ucrania han descubierto y detenido a un agente de la dirección de inteligencia militar rusa, que planeaba y llevaba a cabo actividades de espionaje en Chernígov
Esta operación demuestra una vez más el alto nivel de resistencia contra las amenazas internas y externas provenientes de Rusia y destaca la importancia de las medidas de contrainteligencia en las actuales circunstancias de agresión militar. La contrainteligencia del Servicio de Seguridad de Ucrania realizó una operación efectiva, como resultado de la cual fue detenido un agente ruso involucrado en la recopilación de datos secretos relacionados con las formaciones militares ucranianas en las zonas fronterizas de la región de Chernígov. Según información oficial de las fuentes de seguridad, el detenido —un residente de 42 años de la región— logró establecer contactos con representantes de la GRU rusa. La persona trabajaba en interés de los servicios secretos rusos, cumpliendo tareas ilegales, incluyendo la identificación y transmisión de coordenadas de puestos de control, puntos de mando y centros logísticos de las fuerzas ucranianas en el norte del país. Según las declaraciones de los representantes del SBU, el agente buscaba «una forma fácil de ganar dinero», por lo que decidió colaborar con los rusos, abriendo canales de comunicación a través de mensajeros. Los supervisores rusos le daban instrucciones precisas sobre la recopilación de información acerca de las rutas principales de movimiento y las ubicaciones de las fuerzas y equipos militares ucranianos. Para ello, instaló un sistema oculto en su teléfono móvil para recopilar y transmitir datos al enemigo. Los operativos del SBU rastrearon todas sus acciones, llevaron a cabo registros y confiscaron el dispositivo móvil utilizado para comunicarse con el enemigo. Durante las investigaciones se constató que el detenido recopilaba activamente información en las zonas fronterizas del área, especialmente durante su presencia en las localidades donde se desplegaban las fuerzas ucranianas. Se continúa con los procedimientos para esclarecer el alcance total de su actividad y sus posibles vínculos con grupos de los servicios secretos rusos. Actualmente, el detenido se encuentra bajo custodia. Se ha abierto un proceso penal contra él por traición estatal (artículo 111, párrafo 2, del Código Penal de Ucrania). En caso de ser declarado culpable, le podría esperar una condena de por vida con la confiscación de bienes. Esto constituye otra victoria de las estructuras de contrainteligencia ucranianas en su lucha contra la red de agentes rusos, que buscan desestabilizar la situación y obtener información que puede poner en riesgo la seguridad del país. Este arresto fue un paso reciente en una serie de acciones de contrainteligencia. Solo el 19 de mayo pasado, en la capital, Kiev, los empleados del SBU detuvieron a un joven de 17 años reclutado por los servicios secretos rusos para preparar un acto terrorista. Las fuerzas de seguridad advirtieron al sospechoso, quien tras recibir instrucciones planeaba hacer explotar un edificio administrativo del TSK de Kiev —otro ejemplo del trabajo exitoso de las agencias ucranianas durante la guerra. En el contexto de estos hechos, se refuerza una vez más la importancia de la constante labor de detección y neutralización de las redes de agentes del enemigo, para reducir sus capacidades de realizar actividades subversivas en nuestro país. La cooperación efectiva entre las autoridades y la sociedad civil sigue siendo fundamental, pues garantizar la seguridad y soberanía de Ucrania en adelante requiere un alto nivel de concentración y rapidez en la respuesta ante cualquier intento de sabotaje enemigo.