En Estambul se han llevado a cabo nuevamente intensas conversaciones entre Rusia y Ucrania, que duraron varias horas y se han convertido en una de las más importantes en los últimos casi tres años

Sin embargo, durante estos encuentros, fuentes misteriosas informan sobre hechos sorprendentes y preocupantes: la delegación rusa utilizó documentos de negociaciones anteriores de 2022 y amenazó con una expansión significativa de sus demandas. Según información obtenida de interlocutores de "Ukrainskaya Pravda", al inicio de las negociaciones, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, enfatizó que este diálogo debería sentar las bases para futuras reuniones a nivel de liderazgo de los países. Sin embargo, no todo siguió el guion diplomático. Según fuentes, la parte rusa intervino considerablemente en el proceso, permitiéndose realizar comentarios groseros y provocaciones. Preocupaciones especiales suscitan las acciones de los representantes de la Federación Rusa, en particular del viceministro de Asuntos Exteriores, Muler Medinsky. El politólogo y diplomático se hizo pasar por un huésped y, al dirigirse a las delegaciones ucraniana y turca, habló durante mucho tiempo y de manera descarada, interrumpiendo a sus interlocutores y, en ocasiones, realizando excursiones a temas históricos. Sobre la mesa de Medinsky estaban los papeles de negociaciones de 2022, y utilizó una táctica de presión psicológica, insistiendo en que la cantidad de anexos a los documentos había aumentado de 17 a 85 páginas debido a cambios sustanciales en la situación. Según él, el Kremlin considera que la situación en los últimos años ha empeorado significativamente, y las demandas deben ampliarse en consecuencia. Este tipo de chantajes y amenazas no causaron conmoción; por el contrario, los representantes rusos intentaron demostrar fuerza y persistencia. Según fuentes, durante las discusiones, Moscú también amenazó con continuar la guerra de manera ininterrumpida hasta lograr sus objetivos, y se propuso a Ucrania salir de ciertas regiones — Donetsk, Lugansk, las provincias de Jersón y Zaporiyia — para establecer un "estatus neutral" del país. Otro alto funcionario de la delegación rusa comenzó a hablar sobre los llamados "documentos estratégicos de la OTAN", supuestamente elaborado un escenario de ataque de la Alianza contra Rusia antes de 2030. Por supuesto, la parte ucraniana negó dicha información, informando que Rusia también tiene intenciones similares de preparar un ataque contra los países de la OTAN en el futuro, y esta declaración despertó la nerviosidad de los delegados rusos, quienes rápidamente desviaron la conversación hacia otro tema. Las conversaciones en Estambul del 16 de mayo representaron el primer contacto a gran escala entre Rusia y Ucrania en 36 meses. Los acontecimientos de ese día tuvieron varias direcciones clave: primero, discutir la posibilidad de un cese del fuego y cuestiones humanitarias, y en segundo lugar, el nivel posible de contacto a nivel de líderes de los países. Los representantes ucranianos afirmaron que las negociaciones fueron difíciles. En particular, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Georgiy Tikhiy, en Estambul declaró que la delegación rusa expresó una serie de demandas que para Ucrania son inaceptables, aunque no reveló los detalles. En general, los eventos recientes indican que Rusia, al recurrir a la diplomacia internacional, también emplea chantajes encubiertos y métodos bruscos de presión para conseguir sus objetivos. Al mismo tiempo, la parte ucraniana sostuvo su posición y buscó proteger los intereses del país en condiciones extremadamente difíciles de guerra y confrontación diplomática. Este conflicto, que ha vuelto a intensificarse en los círculos diplomáticos de Estambul, confirma una vez más cuán tensa y complicada sigue siendo la situación en los frentes diplomáticos entre Kiev y Moscú.