El Vaticano podría convertirse en un espacio para las negociaciones entre Ucrania y Rusia – Rubio
En el mundo, vuelven a aparecer tensiones y esfuerzos persistentes por encontrar un camino hacia la paz en Ucrania. Según el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, el Vaticano tiene la oportunidad de actuar como una plataforma neutra para las conversaciones diplomáticas entre los países actualmente en conflicto. En particular, destacó que, en vísperas de posibles negociaciones en el Vaticano, están dispuestos a recibir incluso una reunión directa entre los presidentes Volodymyr Zelensky y Vladimir Putin, así como cualquier formato alternativo de discusión, incluyendo consultas técnicas. Rubio subrayó que las propuestas del Vaticano son generosas y abiertas a la aceptación. Según sus palabras, esta institución puede convertirse en un espacio neutral y cómodo para discutir la cuestión de la paz, por lo que los países deben aprovechar esta oportunidad. “Es un lugar donde todas las partes pueden sentirse más cómodas”, dijo el secretario de Estado de EE. UU. en una entrevista con CBS News. “Espero que pronto pasemos a tener negociaciones regulares, y que el Vaticano pueda desempeñar un papel importante en los esfuerzos diplomáticos”. La periodista que realizó la entrevista llamó la atención sobre el hecho de que Rusia ya ha rechazado varias veces participar en negociaciones iniciadas por Kiev y mediadores internacionales. En particular, se refirió a las conversaciones en Estambul, que, dado cualquier intento de realizarlas, se vieron obstaculizadas por la falta de voluntad de Moscú de cumplir con sus compromisos. Sin embargo, Rubio mantiene el optimismo y ve en las acciones de Rusia signos de apertura a negociaciones, bajo ciertas condiciones adecuadas. El antecedente de esta propuesta fue una iniciativa del Papa León XIV a finales del año pasado, quien sugirió usar el Vaticano como una plataforma neutral para las negociaciones entre Ucrania y Rusia. Esto fue un paso lógico ante los fracasos en los esfuerzos de otros foros internacionales, en particular en Estambul, donde las conversaciones ruso-ucranianas, celebradas el 16 de mayo, resultaron ser complicadas y variadas. Entonces, la delegación ucraniana manifestó que los representantes de Rusia actuaron de manera similar a gánsteres, y su líder, Vladimir Medinski, amenazó directamente a Ucrania. Cabe señalar que las propias negociaciones en Estambul se llevaron a cabo por primera vez en muchos años en formato presencial. Sus resultados sorprendieron a expertos y diplomáticos: la delegación rusa presentó una serie de requerimientos estrictos, incluyendo la negativa de Ucrania a tener reclamaciones sobre territorios y pagos de indemnizaciones, lo cual contradecía radicalmente la posición de Ucrania. Al mismo tiempo, el Kremlin expresó su disposición a detener las hostilidades solo bajo ciertas condiciones, lo que redujo aún más las posibilidades de lograr un acuerdo rápidamente. En este contexto, el movimiento diplomático respecto a la posible utilización del Vaticano abre nuevas perspectivas para buscar la paz. La semana pasada, los medios informaron que tanto Ucrania como Rusia están inclinadas a considerar negociaciones en puntos geográficos y simbólicos diplomáticamente neutrales. La Santa Sede, debido a su reputación como mediador y árbitro espiritual, podría servir como plataforma para reducir la tensión y volver al diálogo. Por consiguiente, ante años de fracasos y el aumento de la tensión extrema, el formato potencial de negociaciones en el Vaticano parece ser la única plataforma posible para comenzar un proceso diplomático real. Al mismo tiempo, es evidente que esto requiere no solo la voluntad de las partes, sino también una fuerte voluntad política, comprensión de la importancia del compromiso y un deseo genuino de paz. En general, la situación sigue siendo tensa, pero la posibilidad de negociaciones de paz en un centro neutral como el Vaticano se vuelve cada vez más relevante. La pregunta de si los líderes ucranianos y rusos lograrán finalmente encontrar un terreno común y sentar las bases para una paz largamente esperada sigue siendo de carácter abierto, aunque con cada día adquiere mayor urgencia.