Зеленський planea participar en la ceremonia de inauguración del Papa Pablo XVI

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el domingo 18 de mayo, asistirá oficialmente como testigo en la solemne ceremonia de la misa de inauguración del recién electo Papa Pablo XVI. Este evento es importante no solo para la Iglesia católica romana, sino también para la diplomacia internacional, ya que en esta celebración están invitados líderes mundiales de todo el mundo. Según la información difundida por "European Pravda" y Reuters, citando a representantes de la Santa Sede, Kiev ya ha confirmado la intención de una delegación de estar presente en este evento emblemático. Este será la primera aparición pública de Zelenski en el marco de eventos religiosos internacionales después de los recientes contactos diplomáticos destinados a buscar soluciones pacíficas y establecer un diálogo con Rusia. Además, fuentes informan que el presidente de Ucrania podría ya tener, un día antes, su primera reunión durante su mandato con el nuevo Papa Pablo XVI. Si esta reunión sucede, será un paso simbólico importante en las relaciones diplomáticas entre Ucrania y el Vaticano. Ya ha llegado al Vaticano el Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, lo que indica una atención especial por parte de los líderes mundiales hacia los esfuerzos de integración y diálogo con la Iglesia católica romana. La historia previa de este evento está llena de contactos mutuos. El 12 de mayo, el presidente Zelenski y el Papa Pablo XVI mantuvieron su primera conversación telefónica, en la que uno de los altos representantes de la iglesia católica hizo llamados a lograr una paz justa y sólida en Ucrania. Es importante destacar que la participación de Zelenski en la ceremonia depende del curso de las negociaciones diplomáticas con Rusia, que son cruciales para el desarrollo posterior de la situación en el país. En general, la participación del presidente ucraniano en este evento religioso internacional no solo será un acto de apoyo a la paz y estabilidad en Ucrania, sino también un paso importante en el juego diplomático que se mide no únicamente por criterios políticos, sino también por el simbolismo y la fe en un diálogo que puede cambiar el curso de la historia moderna.