Rusia condenó oficialmente a un ciudadano australiano, Oscar Jenkins, a 13 años de prisión por su participación en combates en apoyo a Ucrania, lo que provocó repercusiones internacionales y generó un nuevo escándalo sonado en torno al conflicto bélico

Chas Pravdy - 17 mayo 2025 13:22

Según informes de las autoridades rusas y fiscales locales, la sentencia fue dictada en un territorio controlado por Rusia en la región de Lugansk, una zona que está bajo control de separatistas prorrusos desde hace varios años. Basándose en cargos de mercenarismo y participación activa en hostilidades contra Rusia, el australiano de 33 años fue declarado culpable de violar la ley y condenado a 13 años en una colonia de régimen severo. Jenkins fue arrestado en diciembre de 2024, y desde entonces su situación en el cautiverio ruso ha sido objeto de constantes batallas diplomáticas entre Canberra y Moscú. El gobierno australiano ha exigido repetidamente su liberación, solicitando el cumplimiento de estándares humanitarios internacionales y del Derecho Humanitario en relación con el prisionero. La ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Penny Wong, considera que la sentencia del tribunal ruso es inaceptable y politizada, calificando el proceso como una «justicia ejemplar». Ella insistió en la necesidad de proteger los derechos de Oscar Jenkins y agregó que Australia trabaja estrechamente con Ucrania, la Cruz Roja y otros socios internacionales para lograr su regreso lo antes posible. En sus declaraciones, Wong señaló que el gobierno australiano está muy preocupado por la salud y la seguridad del ciudadano en la cárcel rusa. Según ella, Australia hace todo lo posible para atraer la atención internacional a este caso y mantiene una activa labor diplomática con países socios y organismos internacionales para garantizar su liberación. Los fiscales rusos afirman que Oscar Jenkins recibió pagos por su participación en la lucha contra las tropas rusas. Según sus datos, sus ingresos alcanzaron entre 7,400 y 10,000 dólares estadounidenses mensuales. El Kremlin subraya claramente que los mercenarios que luchan en favor de intereses ajenos en Ucrania pierden automáticamente cualquier estatus de prisioneros de guerra y las garantías correspondientes según el Derecho Humanitario Internacional. En fotos y videos publicados por los medios rusos, Jenkins aparece en una jaula de cristal con las manos atadas. En los informes se afirma que se unió a lo que llaman la «batalla internacional», que combate en el marco de las fuerzas ucranianas. Videos de su detención, difundidos en canales de Telegram rusos, muestran que habla en una mezcla de inglés, ucraniano y ruso, se identifica como «soldado» y asegura que trabaja como profesor en China y estudia en Australia. En las imágenes se puede ver un momento en que uno de los arrestantes golpea a Jenkins en la cabeza. Tras la difusión de rumores acerca de su presunta muerte a principios de año, el gobierno australiano convocó de inmediato al embajador ruso en protesta y exigió su liberación inmediata. El primer ministro Anthony Albanese aseguró que Australia está lista para tomar las «medidas más severas» si se confirma la noticia de que su ciudadano sufrió daño o falleció. El origen de este conflicto indica que a principios de año los medios australianos informaron, citando fuentes oficiales, que las fuerzas rusas supuestamente mataron a Jenkins durante su cautiverio. Esto causó una gran indignación diplomática en Canberra. El gobierno del país aseguró que hará todo lo posible e incluso está preparado para tomar medidas drásticas en caso de confirmarse esta terrible noticia. Más tarde, el 29 de enero, Albanese anunció que Rusia informó a Australia que Jenkins, quien combatió por Ucrania y había sido declarado muerto anteriormente, probablemente está vivo y en cautiverio. Se sabe que al menos cinco voluntarios estadounidenses han muerto en el frente en Ucrania en los últimos seis meses, dos de ellos fueron repatriados la semana pasada. En total, más de 20 ciudadanos extranjeros que combatieron del lado de Ucrania están actualmente en paradero desconocido o en cautiverio, lo que subraya la dificultad y el peligro de la situación en el frente ucraniano y refuerza la dimensión internacional del conflicto entre Ucrania y Rusia.

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