Los ataques con misiles por parte de Rusia se han cobrado la vida de dos civiles más en la región de Jersón, e hirieron a varias personas —13 en total— en las últimas dos días, lo cual evidencia una vez más la brutalidad sin piedad y el cinismo del ejército ocupante
Según la última información de la Administración Militar Regional de Jersón, entre el 16 y el 17 de mayo, las fuerzas rusas volvieron a atacar la infraestructura crítica de la región, así como los barrios residenciales en localidades bajo el control temporal de las fuerzas ucranianas. De acuerdo con los informes de las autoridades, durante los bombardeos masivos se dañaron varios edificios de apartamentos, incluyendo dos bloques de viviendas y una decena de viviendas privadas. También se impactaron objetos de infraestructura crítica, en particular, se dañó una de las estaciones de servicio que atiende a los autos de los residentes locales y la ayuda humanitaria, así como torres de telefonía móvil, gasoductos y construcciones auxiliares. Como resultado de estos ataques con misiles, varias autos fueron destruidos o dañados, incluyendo un camión utilizado para la entrega de ayuda humanitaria y transporte privado de los habitantes. Los bombardeos por parte de las fuerzas rusas también provocaron daños en la infraestructura vial —los agresores alcanzaron un camión de ayuda humanitaria, lo cual dificulta la entrega de productos esenciales, medicamentos y bienes básicos para los residentes locales, que ya sufren por la ocupación prolongada y los constantes ataques. Además, varias propiedades privadas resultaron dañadas, lo que complica aún más la movilidad de los civiles en la región. En total, los últimos dos días en Jersón confirmaron una vez más el hecho de que la maquinaria bélica rusa destruye sistemáticamente infraestructuras vitales y vidas humanas, actitud que evidencia un enfoque intencionado de desestabilización de la región y la extinción de la población civil. Las autoridades reiteran la importancia de fortalecer el apoyo a las fuerzas ucranianas y a la comunidad internacional para evitar nuevas víctimas y garantizar la seguridad y la vida de los residentes de Jersón.