La ONU acusó a la India de crueldad hacia los refugiados: decenas de personas arrojadas al mar en una provocación descarada y una negligencia de los estándares internacionales

La comunidad internacional volvió a expresar su indignación por las acciones de la India en materia de cuestiones humanitarias, especialmente en relación con la situación de los refugiados rohingyas. Según informes de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), las fuerzas navales indias tomaron medidas sumamente duras y peligrosas, obligando a más de 40 migrantes, entre los que había mujeres, niños y ancianos, a ser arrojados al mar en las aguas cercanas a la frontera con Myanmar. La fuente de estas acusaciones fue una declaración oficial de la ACNUDH, en la que se enfatiza que un grupo de más de cuarenta personas, que intentaba cruzar la frontera, fue detenido cerca de Nueva Delhi, y que el 8 de mayo fueron transportados en embarcaciones con fines humanitarios a la costa marítima de Myanmar. Sin embargo, en lugar de brindar ayuda humanitaria, estas personas comenzaron a ser forzadas a ser arrojadas al océano abierto, dejándolas frente a la amenaza de perder la vida o caer en condiciones peligrosas. Según datos oficiales, después del incidente, alrededor de 40 refugiados lograron salvarse por sí mismos, llegando a una de las islas de Myanmar con la ayuda de chalecos salvavidas que se les entregaron antes de ser lanzados en la vasta extensión del mar. La ubicación actual de estas personas sigue siendo desconocida, lo que incrementa aún más la preocupación de defensores de derechos humanos y organizaciones humanitarias internacionales. Un portavoz oficial de la ACNUDH proporcionó testimonios adicionales, en los que un refugiado que logró llegar a tierra firme contó su terrible experiencia: su hermano, que quedó en el mar, llamó llorando y pidiendo ayuda. Según testigos, las fuerzas indias mantuvieron a los detenidos esposados y con los ojos vendados, y algunos de ellos fueron golpeados antes de recibir chalecos salvavidas y ser arrojados al agua. Para los defensores de derechos humanos internacionales, esto constituye un ejemplo extremo de insensibilidad humana y una grave violación de los estándares internacionales en materia de derechos humanos. La ONU, en su comunicado oficial, instó al gobierno indio a tomar medidas inmediatas para detener esta práctica inhumana y mortal contra los refugiados rohingyas, en particular para detener la repatriación de aquellos que podrían enfrentar nuevas persecuciones en Myanmar. El Relator Especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar, Tom Andrews, calificó el incidente como "una flagrante falta de respeto por la vida humana y una grave violación de los derechos fundamentales de los refugiados". "Estos actos violan gravemente las normas internacionales y afectan la esencia misma de la humanidad", declaró Andrews. "Se trata de un desprecio burdo y cínico por la dignidad humana, que contraviene los principios fundamentales contra el retorno forzado, establecidos en tratados internacionales que India no ha ratificado oficialmente. Esto significa que el país no solo viola obligaciones internacionales, sino que también viola normas morales básicas." Dónde obtener más información: Es importante señalar que, a pesar de los millones de musulmanes rohingyas que abandonaron Myanmar en busca de seguridad ante la persecución y la violencia, India aún no cuenta con una legislación clara respecto al estatus de los refugiados. El país carece de normas concretas para su protección y no es parte de la Convención de las Naciones Unidas de 1951 y sus Protocolos, lo que dificulta el monitoreo internacional y las respuestas a situaciones similares. Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos informan que miles de rohingyas emigrantes viven con miedo, cruzando fronteras en masa, huyendo de la persecución interna y el genocidio, a lo que los actores políticos ignorantes hacen oídos sordos, dejándolos en la desesperación. La comunidad internacional continúa enfatizando la necesidad de que India respete los estándares de humanidad y derechos humanos, y evite incidentes tan dolorosos y comprometedores que no solo dañan su imagen internacional sino que también violan las normas fundamentales de la humanidad y el derecho internacional.