En los Estados Unidos se ha desatado una tragedia natural: al menos 21 personas han muerto como resultado de una serie masiva de tornados que atravesaron el valle del río Ohio
Los servicios de rescate locales todavía trabajan al límite de sus capacidades, buscando posibles afectados entre los escombros y restos de edificios destruidos, ya que la destrucción provocada por los potentes vórtices ha impactado a numerosas localidades en dos estados. Según fuentes oficiales, la mayor cantidad de víctimas —al menos 14— corresponde al estado de Kentucky, aunque la historia aún se actualiza con el reporte de siete fallecidos en Missouri. El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, destacó que la cifra de víctimas podría aumentar, ya que las tareas de búsqueda continúan y la magnitud de los daños es asombrosa. Según testigos, la tormenta comenzó en la noche del viernes y destruyó barrios enteros, el aeropuerto de London-Corbin en Kentucky fue declarado zona de desastre —allí se registran edificios dañados, techos arrancados, escombros dispersos y líneas eléctricas interrumpidas. Las fotografías y los testimonios de los residentes vuelven a confirmar la escala de la destrucción: casas arrasadas, autos repartidos por las calles, carreteras cubiertas de escombros. Las estructuras están severamente dañadas, por lo que es necesario movilizar todos los esfuerzos para encontrar personas que aún puedan estar con vida bajo los escombros. El gobernador Beshear y las autoridades locales advierten que la cifra de víctimas podría aumentar, ya que los daños aún no han sido completamente evaluados. La Administración Nacional de Meteorología de EE.UU. ha emitido una advertencia por una “situación especialmente peligrosa”, advirtiendo que una serie de tornados amenaza a más de un millón de habitantes en la región. Además de Kentucky y Missouri, las tormentas también dejaron su huella en el sur de los estados industriales de Indiana e Illinois, donde también se reportan daños y cortes de energía. Como resultado, más de 800,000 ciudadanos en al menos 12 estados permanecen sin electricidad, y las labores de recuperación, según las estimaciones iniciales, podrían durar varios días, quizás incluso más. Los estados en el centro del país enfrentan nuevas series de fuertes tormentas previstas para el próximo período. El sábado, los servicios meteorológicos advierten sobre una posible intensificación del peligro en la región noreste de EE.UU., en particular en los estados de Nueva Inglaterra, donde se esperan fuertes ráfagas de viento, que podrían causar aún más daños y heridas. Los centros de pronóstico de tormentas alertan sobre un aumento de los riesgos de desastres naturales a nivel nacional, que se prolongará al menos hasta el comienzo de la próxima semana. El antecedente de esta tragedia data de la semana pasada, el 16 de mayo, cuando se informó que, unos días antes, en seis estados de EE.UU., murieron al menos 33 personas debido a potentes tormentas y varias series de tornados. La magnitud de los daños y el número de víctimas vuelven a constatar el poder destructivo de la naturaleza y cuán traicionera e impredecible puede ser su furia. Los servicios locales y federales continúan trabajando en la recuperación de infraestructura, en la coordinación de la seguridad y en la búsqueda de personas desaparecidas en este gran drama trágico.