El Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Johann Wadefül, ha declarado oficialmente una intensificación significativa de las medidas de prevención y control de las actividades de lo que se denomina la «flota fantasma» de Rusia en el mar Báltico, lo que ha generado preocupación entre las comunidades europeas sobre la seguridad de la región
Esto ha sido consecuencia de una serie de incidentes sospechosos e intentos de Rusia de actuar en modo clandestino en esta zona estratégicamente importante. En una entrevista con los medios alemanes, Wadefül informó que la situación de seguridad en la región del Báltico no es sencilla y que en los últimos meses se ha agravado. Según él, los especialistas y las fuerzas militares están monitoreando actividades sospechosas de los barcos rusos, entre ellas — cortar cables, violar señales de radio y realizar intervenciones maliciosas en los sistemas de navegación. Esto provoca una seria preocupación por la seguridad de las comunicaciones marítimas y costeras en la región. Ante esta situación, Berlín anunció la implementación de nuevas medidas sancionatorias y el aumento de patrullajes en la zona del mar Báltico. Johann Wadefül subrayó que la Unión Europea, junto con la OTAN, realiza todos los esfuerzos posibles para contrarrestar las amenazas híbridas que provienen de Rusia. Han asegurado que se intensificará la vigilancia de las naves sospechosas y que algunas embarcaciones, presuntamente, se utilizan para eludir las sanciones internacionales. El jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania destacó que la «flota fantasma» de Rusia representa una amenaza grave para la seguridad y la estabilidad regionales. Según sus palabras, la UE está preparando y ya considerando la posibilidad de establecer restricciones adicionales en forma de sanciones contra los barcos que Rusia utiliza para evadir el embargo. El comercio diario de petróleo llevado a cabo por esta «flota» ayuda a Moscú a mantener sus recursos, incluso frente a las restricciones internacionales. Esta tendencia se ha confirmado con incidentes ocurridos hace unos días. En particular, las fuerzas armadas de Estonia intentaron detener el petrolero Jaguar, que navegaba por aguas internacionales del Golfo de Finlandia en dirección al puerto de Primorsk, considerado parte de la «flota fantasma» rusa. Al entrar en el territorio de jurisdicción de Estonia, el buque ignoró las instrucciones de las autoridades fronterizas y abandonó las aguas económicas del país, aunque fue incluido en la lista de sanciones del Reino Unido. Otro factor inesperado en esta tensa situación fue que Rusia, en respuesta a las acciones militares estonias, envió un caza de combate al mar. Según informes oficiales de las fuerzas armadas de Estonia, este avión violó el espacio aéreo del país, lo que aumentó la tensión en las relaciones bilaterales. El ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna, afirmó que este incidente demuestra claramente la determinación de Rusia de defender su «flota fantasma», dispuesta a usar cualquier medio para mantener sus posiciones en la región. En el contexto de estos sucesos, es especialmente importante la mayor atención de la Unión Europea en la lucha contra el eludir sanciones y en la prevención de operaciones submarinas y marítimas que puedan afectar la estabilidad en el mar Báltico. La implementación de nuevas medidas y el aumento del control son una respuesta a la amenaza creciente de las actividades híbridas y al esfuerzo de Rusia por mantener su presencia en la región por cualquier medio, incluso en modo clandestino. Dicha situación resalta una vez más cuán tensos siguen siendo los procesos geopolíticos y de seguridad en el norte de Europa, y acentúa aún más la discusión sobre los próximos pasos para contrarrestar la agresión rusa en la región. La estrategia de activar las políticas de sanciones, aumentar la preparación militar y fortalecer la cooperación entre los países miembros de la UE y la OTAN aparece como la línea clave para hacer frente a estos desafíos actuales.