El gobierno húngaro intenta intensificar la presión sobre la oposición utilizando las capacidades de diplomacia e inteligencia en el extranjero, informa la agencia Reuters

Chas Pravdy - 17 mayo 2025 05:18

Según fuentes en el medio, un representante del primer ministro Viktor Orbán — un diputado del Parlamento Europeo y cercano colaborador del miembro del gobierno András László — visitó recientemente Estados Unidos con un propósito secreto. Su principal objetivo era obtener información que pudiera servir como herramienta de presión sobre los oponentes políticos en vísperas de las próximas elecciones parlamentarias, previstas para 2026. Según fuentes en las instituciones de seguridad y diplomáticas, László y su equipo intentaron reunirse con representantes de la administración del presidente de EE. UU. para obtener datos acerca de la actividad de organizaciones internacionales, en particular agencias de ayuda como USAID. La finalidad de esta inteligencia era recopilar información sobre programas estadounidenses que financian iniciativas cívicas húngaras y medios independientes. De acuerdo con Reuters, la delegación húngara buscaba aprender todo lo posible sobre estas organizaciones y sus empleados, con el fin de utilizar esa información para reforzar la represión política. Los círculos migratorios y diplomáticos expresaron su preocupación por las intenciones del lado húngaro. Funcionarios estadounidenses indicaron que tales solicitudes generan una seria inquietud, debido a los riesgos de violaciones a los derechos humanos y libertades. Se negaron a proporcionar detalles específicos, subrayando la importancia de mantener la independencia y transparencia en el ámbito de las iniciativas cívicas. En respuesta a esta situación, el viernes 16 de mayo, László declaró públicamente a Reuters que muchas organizaciones en Hungría que reciben fondos de USAID tienen un carácter “muy político” y ejercen una influencia significativa en la formación del clima político del país. Destacó que esas organizaciones cumplen un papel importante en el sistema político actual y que, en su opinión, también actúan en contra del gobierno, lo cual debe ser considerado al analizar su actividad. Tampoco pasaron desapercibidas las iniciativas políticas del gobierno húngaro. El martes 13 de mayo, el partido de gobierno Fidesz — que lleva adelante una política destinada a incrementar el control sobre el sector civil — presentó en el parlamento un proyecto de ley que permitirá al Estado crear listas de organizaciones que reciben financiamiento extranjero. Según la nueva ley, las autoridades podrán restringir o incluso prohibir las actividades de esas estructuras si las consideran una amenaza para la seguridad nacional o la cultura del país. Los críticos ya comparan este documento con la legislación rusa, en particular con la ley de agentes extranjeros, que cumple la función de restringir y desacreditar a activistas y medios de comunicación independientes. Enfatizan que esto puede convertirse en una herramienta de presión política y de restricción de la sociedad civil en Hungría, lo que resulta en contradicción con los valores y estándares europeos. En conclusión, la situación en torno a la administración estatal macedonia y su política de control sobre el sector civil y las finanzas recuerda cada vez más los escenarios de regímenes autoritarios, que buscan fortalecer su control sobre la sociedad bajo la apariencia de “proteger los intereses nacionales”. Mientras tanto, en Washington se llevan a cabo discusiones sobre posibles reacciones, y muchos temen que las iniciativas secretas de inteligencia del gobierno húngaro puedan conducir a restricciones en los derechos y libertades de los ciudadanos, además de profundizar aún más la división en la comunidad europea unificada.

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