Como resultado de combates continuos y ataques enemigos en Donetsk y Kharkiv, en las últimas 24 horas se han registrado pérdidas trágicas entre la población civil: han fallecido tres personas y otras 18 han resultado heridas
Esta triste estadística es otra evidencia de cuánto cuesta, en vidas humanas, la participación directa en la guerra para los habitantes civiles de la región, quienes día a día son víctimas de destrucción y violencia. Según la información de las Administraciones Militares Regionales de Donetsk y Kharkiv, los ocupantes rusos nuevamente llevaron a cabo ataques intencionados que provocaron pérdidas humanas en asentamientos pacíficos. En particular, en la región de Donetsk, dos civiles murieron a causa de los disparos — habitantes de Kostiantynivka, que hace tiempo se ha convertido en uno de los centros de los combates — y en la región de Kharkiv, una persona más. Además, se reporta que nueve personas resultaron heridas durante el último día en Donetsk — cinco en Pokrovsk, tres en Kostiantynivka y una en Lyman. La situación en Kharkiv es aún más preocupante, ya que, como resultado de ataques dirigidos, no solo han resultado heridas personas, sino que también hay fallecidos bajo los escombros de infraestructura civil. En Kupiansk, uno de los principales asentamientos, una mujer de 55 años perdió la vida durante un ataque enemigo. Además, seis personas — hombres de 58, 49, 40, 53, 54 y 59 años — resultaron heridas. También en el pueblo de Kutiivka, en la comunidad de Dvorichanska, resultaron heridos tres habitantes: un hombre de 39 años, otro de 59 y una mujer de 62. Como resultado de ataques con misiles y artillería, se dañaron y destruyeron varios objetos de infraestructura civil, lo que ha causado dificultades adicionales a los residentes locales: con viviendas destruidas y vidas arruinadas, se ven obligados a buscar refugio temporal y a reconstruir sus vidas en condiciones difíciles. El enfrentamiento militar y los ataques por parte de los ocupantes rusos dejan huellas no solo en el campo de batalla, sino también en las vidas de miles de habitantes de la región. Las estaciones de radio, las escuelas, los hospitales y las viviendas están siendo destruídos implacablemente por el fuego, convirtiéndose en escombros. Las personas que han sobrevivido a estos ataques devastadores dicen que la recuperación tras tales golpes es un camino largo y difícil que requiere no solo recursos materiales, sino también fortaleza espiritual. Mientras tanto, las autoridades llaman a la comunidad internacional a intensificar el apoyo y ayudar a afrontar más rápidamente las consecuencias de la guerra, ya que cada nuevo día trae nuevas pérdidas y destrucción. Esta tragedia resalta la necesidad de intensificar los esfuerzos diplomáticos, detener la agresión y crear condiciones para una paz duradera, a fin de detener el derramamiento de sangre y salvar las vidas de civiles inocentes que, cada día, se encuentran en el mismísimo infierno de la guerra.