Lukashenko asegura al mundo: Bielorrusia no tiene intención de atacar a nadie, incluso en el contexto de la preparación de ejercicios conjuntos con Rusia

En un momento difícil para la región, cuando la tensión y los entrenamientos militares prolongados se convierten en una nueva realidad, el autoproclamado presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, expresó su posición respecto a la orientación de las futuras actividades militares. En una reunión con el ministro de Defensa de Rusia, Andrey Béloусов, el pasado viernes en Minsk, señaló que la parte bielorrusa está dispuesta a realizar ejercicios conjuntos con sus colegas rusos y aseguró que estas actividades solo tienen carácter defensivo y están dirigidas a aumentar la capacidad de defensa del país. Según un comunicado oficial de la agencia gubernamental "Belta", Lukashenko declaró: "Quiero decir claramente — estamos listos para ejercicios planificados. No lo escondemos y demostramos abiertamente que nuestros entrenamientos tienen carácter protector y defensivo. Nuestro principal objetivo es aumentar la preparación combativa de nuestras fuerzas, y en modo alguno tenemos la intención de atacar a alguien. Que esto quede en su conciencia, quienes piensen de esa forma. Tuvimos una decisión conjunta a nivel de los presidentes de Rusia y Bielorrusia, y se está llevando a cabo según un plan conjunto. Con Vladimir Vladimirovich (Putin) discutimos todas estas cuestiones y confirmamos a nuestros socios — Rusia — nuestra plena disposición a participar en los eventos". Al abordar el tema de los futuros entrenamientos, Lukashenko destacó que Bielorrusia apoya completamente y está preparada para colaborar estrechamente con las fuerzas armadas rusas. Indicó que la parte bielorrusa no tiene ninguna medida preventiva ni motivo de preocupación respecto a la participación de las tropas rusas en los ejercicios conjuntos. "Estamos listos en cualquier momento, según el plan, para ir a los polígonos rusos u otros lugares de entrenamiento, e incluso — al contrario — para recibir a las tropas rusas en nuestro territorio. Los planes para los entrenamientos conjuntos de nuestro agrupamiento militar se cumplen en su totalidad y no contravienen ningún acuerdo", afirmó. Es importante agregar que la preparación para este evento no se realiza en un vacío. Anteriormente, en la sociedad y los medios de comunicación, se expresaron advertencias y declaraciones acerca de posibles intenciones de Rusia de utilizar los ejercicios militares para activar la actividad militar o incluso prepararse para una posible agresión en la región. En particular, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en abril, señaló que el Kremlin prepara escenarios militares en Bielorrusia y durante uno de sus discursos enfatizó que Rusia podría estar preparando en 2025 15 divisiones con más de 100 mil militares, supuestamente para fortalecer sus posiciones en el área bielorrusa. Según fuentes, se planifica realizar los ejercicios conjuntos bielorruso-rusos bajo el nombre en clave "Zákhid-2025" ya a mediados de septiembre. No son solo ejercicios militares, sino parte de unas medidas estratégicas de mayor escala, que Rusia y Bielorrusia tienen la intención de usar para aumentar sus capacidades defensivas y demostrar la unidad de sus aliados en la región. No obstante, pese a las garantías oficiales de Lukashenko respecto a la orientación pacífica de los entrenamientos, la situación alrededor de estos planes genera tensiones y preocupación en los países vecinos y en la comunidad internacional. Crece la inquietud ante una posible escalada de la actividad militar, especialmente considerando precedentes históricos y la compleja situación geopolítica en la región. Por consiguiente, el líder estatal bielorruso no oculta que su país se está preparando para unos ejercicios militares a gran escala con Rusia. Sin embargo, asegura al mundo que en su centro están la defensa y la preparación estratégica, y no la agresión o el ataque. Al mismo tiempo, muchos expertos y analistas continúan observando atentamente este proceso, ya que cualquier cambio externo o interno inesperado podría alterar significativamente el equilibrio de poder en la región, lo que tendría consecuencias de largo plazo para la seguridad en Europa y en el espacio postsoviético.