Polonia ha negado oficialmente cualquier intención de desplegar sus fuerzas militares durante una eventual resolución del conflicto en territorio ucraniano

Esto ha ocurrido en medio de una declaración del enviado especial estadounidense, que causó gran repercusión y un interés por la transparencia en los círculos diplomáticos y militares de la región. El ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, señaló en su comentario a los periodistas que el estado polaco no planea enviar sus tropas a tierras ucranianas. Esta afirmación fue una respuesta a la declaración de Keith Kellogg, enviado especial del presidente estadounidense Donald Trump, realizada el 13 de mayo. En su intervención, el diplomático estadounidense indicó que, ante la posible conclusión de la fase activa de la guerra entre Rusia y Ucrania, probablemente se discuta el despliegue de formaciones militares internacionales en la parte occidental de Ucrania, que se encuentra al oeste del Dniéper. Según sus palabras, también podrían estar involucrados soldados polacos en esta perspectiva. No obstante, en esta historia, las expresiones «podrían estar» despertaron verdadera preocupación e incertidumbre entre la comunidad ucraniana y polaca respecto a los planes futuros. En respuesta a estos temores, Radosław Sikorski subrayó que tales declaraciones son «manipuladoras» y especulativas. El ministro enfatizó que los políticos y líderes militares polacos ya han confirmado en varias ocasiones que la participación de Polonia en cualquier operación internacional no contempla la presencia de tropas polacas en territorio ucraniano. «Las declaraciones de Kellogg son una interpretación excesiva o una manipulación desagradable», destacó el jefe de diplomacia en su intervención. «Y aunque se discute el apoyo aéreo, la logística y la seguridad en las fronteras, las autoridades polacas han dejado claramente en claro que todas las medidas estarán limitadas a apoyo en forma de asistencia aérea, provisión de capacidades logísticas y, lo más importante, la protección de la frontera de más de 600 kilómetros con Rusia y Bielorrusia. Todo esto con el fin de garantizar la seguridad de las fuerzas militares que podrían ser desplegadas en las regiones de Járkov o Lviv». Anteriormente, a nivel de élite militar y política en Polonia, se ha reiterado en varias ocasiones que no se planea ni considera que las tropas polacas sean desplegadas en regiones bajo control ucraniano. El ministro de Defensa de Polonia, Władysław Kaczyński, también declaró claramente que su país no tiene intención de participar en misiones militares en tierra ucraniana, como muestra de la comprensión de la delicada situación política mundial en esta crisis. Al mismo tiempo, los círculos políticos en Polonia siguen tensos. El líder del partido de oposición más grande, Jarosław Kaczyński, expresó sospechas acerca de acuerdos extrajudiciales y posibles engaños por parte del primer ministro Donald Tusk en cuestiones de involucramiento directo de las fuerzas polacas en el conflicto en Ucrania. Según indicó, las altas autoridades podrían haber estado engañando a la opinión pública, mientras en los círculos diplomáticos solo se discuten ayudas técnicas — vuelos de reconocimiento, protección de fronteras y asistencia logística. Pero, a pesar de todas las garantías de las autoridades oficiales, la cuestión de la presencia de tropas extranjeras en Europa del Este sigue abierta. La mayoría de los analistas coinciden en que cualquier participación directa de las tropas polacas en combates o su despliegue en territorio ucraniano podría provocar una escalada del conflicto y convertirse en un asunto diplomático complejo, que debe discutirse a nivel de la comunidad internacional.