Amenaza desde Washington: ¿Recibirá Zelenski la invitación a la Cumbre de la OTAN en La Haya?
A la luz de los recientes informes y especulaciones, la discusión entre los aliados de la OTAN se ha intensificado nuevamente en torno a una posible visita del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky a la próxima cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que tendrá lugar en La Haya los días 24 y 25 de junio. Esta es una cuestión que hace unas semanas parecía de muy poca importancia, pero que ahora ha adquirido un gran impacto en los círculos diplomáticos. Según información enviada por fuentes independientes a NOS y que cita a diplomáticos no identificados en la OTAN, Estados Unidos se opone a la invitación de Zelensky al evento. Alegan que la administración estadounidense no aprueba la idea de invitar oficialmente al presidente de Ucrania, ya que este paso podría generar tensiones adicionales en las relaciones entre Kiev y Washington, las cuales ya se encuentran en una fase difícil desde el comienzo de la guerra. Fuentes indican que la Administración de Donald Trump no respalda esta medida en parte por divergencias personales y políticas con Volodymyr Zelensky, así como por la tensión en las relaciones bilaterales, que tiene raíces históricas y actualmente está en su punto álgido. Al mismo tiempo, las fuentes informan que la decisión sobre la participación del líder ucraniano en la cumbre aún no es definitiva y todavía puede cambiar. Sin embargo, se destaca que la negativa a invitar a Zelensky podría tener consecuencias diplomáticas para los Países Bajos, que serán los anfitriones del evento — tanto desde la ética diplomática como desde una perspectiva estratégica, esto podría constituir un grave error de reputación. Las autoridades oficiales resaltan que todavía hay seis semanas antes del inicio de la cumbre, y que la situación sigue abierta, por lo que existen diversas posibilidades de desarrollo de los hechos. Según fuentes diplomáticas, en las capitales europeas todavía se mantienen consultas y discusiones activas sobre la conveniencia de tomar medidas que no provoquen un conflicto con Donald Trump y su equipo antes de la importante reunión de la OTAN. En particular, los países de la Unión Europea instan a Borrell a no adoptar medidas radicales que puedan provocar un conflicto o complicar la cooperación dentro del bloque. Uno de los principales temas en la agenda continúa siendo el nivel de gasto en defensa. Los aliados ya están elaborando un plan para aumentar significativamente los fondos militares, con el objetivo de cumplir con los requisitos de Washington de destinar al menos el 5% del Producto Interno Bruto a la esfera militar. Ante esta dinámica, es evidente que la cooperación en la política de defensa y la unidad entre los países de la OTAN seguirán siendo prioridades para alcanzar los objetivos comunes en el contexto de los nuevos desafíos. En general, la situación en torno a la posible invitación del líder ucraniano a la cumbre de La Haya continúa siendo tensa y depende de los procesos políticos, los acuerdos diplomáticos y las intrigas internas de los grandes actores. Sin embargo, resulta claro que los acontecimientos relacionados con esta cuestión podrían significar no solo una cuestión de diplomacia europea, sino también cambios importantes en el equilibrio de poder regional y en las relaciones de alianza en los próximos meses.