Orbán acusó a los servicios secretos ucranianos de intentar desprestigiar a Hungría y socavar sus iniciativas internas

El premier húngaro Viktor Orbán hizo una acusación inesperada y tajante contra los servicios secretos ucranianos, acusándolos de intentar desacreditar a Hungría en el ámbito internacional y dentro del país. Según sus palabras, los servicios ucranianos han intensificado sus esfuerzos para sabotear la encuesta planificada entre la población húngara sobre la futura membresía de Ucrania en la Unión Europea y, en general, intentan "difamar" la imagen de Hungría. Sobre este escándalo y la nueva escalada en las relaciones bilaterales, Orbán expresó durante la reunión del Consejo de Defensa de Hungría el 13 de mayo, calificando la situación como “un ataque sin precedentes de los servicios de seguridad contra el estado en los últimos días”. Según explicó, los servicios secretos ucranianos iniciaron una campaña coordinada para desacreditar a Hungría, presumiblemente con el objetivo de desestabilizar la integridad interna del país y aumentar la percepción negativa en la sociedad. El premier afirmó que Kyiv supuestamente restableció contactos a altos niveles en Hungría exclusivamente para llevar a cabo esta ofensiva informativa e incluso lanzó una campaña activa en contra de las Fuerzas de Defensa de Hungría, involucrando a políticos húngaros en sus planes. Esto, indicó Orbán, muestra que los servicios secretos ucranianos y sus agentes están participando activamente en asuntos internos del país, intentando utilizar a las fuerzas políticas locales para alcanzar sus metas. Según el primer ministro húngaro, también han participado en esta agresión representantes de fuerzas políticas de oposición, que, en su opinión, se han convertido en actores activos en las operaciones especiales de los servicios ucranianos. La recompensa por esta actividad, afirma Orbán, sería la implicación del país en un conflicto político e informativo peligroso, que perjudica los intereses de Hungría. Al mismo tiempo, Viktor Orbán enfatizó que Hungría tiene la intención de completar su encuesta sobre la eurointegración de Ucrania y no permitirá que fuerzas externas dicten su voluntad ni decidan el destino del pueblo húngaro en este asunto. Según sus palabras, "ni Bruselas ni Kyiv tienen el derecho de decidir por Hungría", y será ella misma quien determine su futuro. Se sabe que la tensión en las relaciones entre Ucrania y Hungría surgió después de que los servicios secretos ucranianos afirmaran haber descubierto una red de agentes de la inteligencia militar húngara en Zakarpattia, supuestamente dedicada a actividades de espionaje y recolección de información en la región. Esto provocó una respuesta severa por parte de Budapest, que en represalia anunció la expulsión de dos diplomáticos ucranianos, acusándolos de intentar recopilar datos de inteligencia y espiar. Además, en Budapest detuvieron a un ciudadano ucraniano, anteriormente diplomático, y posteriormente lo deportaron del país. De aquí se desató una nueva oleada de acusaciones mutuas y gestos diplomáticos: en respuesta a las acciones de Hungría, Ucrania anunció la expulsión de dos de sus diplomáticos, lo que agravó aún más las relaciones bilaterales. También se informó de la detención en Budapest de un ciudadano ucraniano, exdiplomático, a quien posteriormente expulsaron del país. Todos estos eventos encajan en el contexto de una tensión general que se ha mantenido durante varias semanas y se está convirtiendo en un conflicto diplomático a gran escala, que tiene el potencial de intensificarse aún más y afectar el desarrollo futuro de la región. El primer ministro Orbán expresó su postura decidida respecto a los procesos internos en el país, subrayando que la decisión final sobre las encuestas de eurointegración la tomará el pueblo y el gobierno húngaros, y que ninguna influencia externa podrá modificar estos planes. Al mismo tiempo, instó a la prudencia y a buscar una solución diplomática al conflicto, resaltando la importancia de proteger la soberanía nacional y los intereses del país en estos tiempos difíciles.