La Unión Europea ha confirmado oficialmente su postura firme de detener la importación de recursos energéticos rusos, en particular gas y petróleo

Chas Pravdy - 13 mayo 2025 16:21

En los últimos días, en Bruselas y otras capitales europeas, se han discutido activamente los próximos pasos en la política energética en el contexto de una guerra híbrida y la presión económica por parte de Rusia. Según el comisario europeo de Energía, Kadri Simson, la Unión Europea no retomará el camino de la importación de gas y petróleo rusos; de ahora en adelante, «no aparecerá ni una molécula» de estos recursos en los mercados de la UE. Esta decisión unánime fue proclamada antes del inicio de una reunión informal de ministros de energía de los países miembros en Varsovia, a la que acudieron representantes de los gobiernos para discutir la seguridad energética mundial y las acciones inmediatas en este ámbito. En declaraciones a los periodistas, Jorgensen subrayó: «Estamos decididos a detener cualquier contacto con la energía rusa, ya que no permitiremos que sea utilizada como herramienta de chantaje y presión política». Añadió que precisamente por eso la UE intensificará sus esfuerzos para reducir la dependencia de las importaciones rusas, ya que esto es una cuestión de seguridad nacional y de coherencia con la lucha de Ucrania contra la agresión rusa. Al responder a preguntas sobre posibles contactos entre Estados Unidos y Rusia, así como sobre la probabilidad de restablecer la importación de gas ruso, Jorgensen enfatizó: por ahora y en el futuro, la Unión Europea no tiene planes de volver a importar energía rusa, «de ninguna molécula». «Transmitimos una señal clara: la independencia energética es nuestra principal prioridad», afirmó. Según él, la UE «pronto y para siempre» renunciará a los suministros rusos y trabajará para detener por completo la importación de gas ruso para 2027, además de reducir gradualmente las importaciones de petróleo ruso. Cabe señalar que el martes, 6 de mayo, la Comisión Europea publicó un plan estratégico que prevé una transición completa a fuentes de energía alternativas y una reducción de la dependencia de los recursos rusos. Según la nueva hoja de ruta, los países de la UE deberán dejar de importar gas ruso antes de finales de 2027, y también trabajar en la disminución de las entregas de petróleo ruso. Sin embargo, hay que señalar que algunos países, como Hungría y Eslovaquia, aún siguen influenciados por los tradicionales suministros mediante gasoductos. El principal aliado en este camino — Moscú — ha intentado durante mucho tiempo mantener su presencia energética en el mercado europeo, pero los gobiernos de los países de Europa Central han considerado los riesgos estratégicos y su deseo de independencia energética. El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, reaccionó de manera bastante categórica: según sus palabras, el actual plan de la Comisión Europea es inaceptable para su gobierno. Destacó que documentos y propuestas como la “Carta de Copenhague” podrían poner en riesgo la estabilidad y las posibilidades de financiamiento de los sistemas energéticos en la región. Por su parte, el Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, no oculta su insatisfacción. En declaraciones a los medios, señaló que las medidas propuestas por los líderes europeos podrían conducir a una catástrofe económica y aumentar significativamente la carga en los hogares de Europa Central. «Las propuestas de Ursula von der Leyen llevarán a la bancarrota, y debemos estar preparados para las dificultades», subrayó. Así, el mapa de la lucha por la independencia energética en Europa continúa configurándose con tensión. Aunque muchos países ya dan pasos hacia la diversificación de suministros y fuentes alternativas, la conservación y el tránsito de recursos rusos en la región sigue siendo objeto de debates y controversias por mucho tiempo. Sobre la experiencia de Polonia, que ya ha recorrido ese camino y su firme programa de desconexión del gas ruso, se lee en nuestra próxima publicación.

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