En la región de Rivne, los empleados del Servicio de Seguridad de Ucrania detuvieron a un hombre que, según la investigación, se preparaba para cometer una acto de sabotaje en instalaciones de infraestructura crítica en la región, cumpliendo órdenes criminales de representantes de los servicios secretos rusos
El incidente ocurrió en la ciudad de Várash, y este caso resalta la creciente amenaza por parte del enemigo, que continúa intentando desestabilizar la situación en Ucrania de manera deliberada, incluso durante el período de combates activos. Según datos oficiales obtenidos del SSU y de la Oficina del Procurador General, el hombre fue detenido en el marco de una investigación que se lleva a cabo bajo el artículo sobre sabotaje — parte 2 del artículo 113 del Código Penal de Ucrania. Una fuente en las estructuras de seguridad informa que el sospechoso fue reclutado a través de la plataforma Telegram por un representante de inteligencia de la Federación Rusa, quien le ofreció una recompensa financiera por ayudar en la preparación de ataques a instalaciones de infraestructura en la región. La investigación determinó que el implicado es un ex trabajador de la Central Nuclear de Rivne, que fue despedido incluso antes del inicio de la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania. En marzo de 2025, fue contactado por un agente de la inteligencia militar rusa de la provincia de Moscú. En aquel momento, se presumen conversaciones en las que el interlocutor insinuó la posibilidad de colaboración, prometiéndole una recompensa en caso de cumplir tareas específicas. Entre las instrucciones provisionales que se le proporcionaron al detenido, se encontró que debía instalar un rastreador GPS en uno de los soportes de la línea de transmisión de alta tensión. Esto permitiría al enemigo ajustar ataques de drones kamikaze contra infraestructura clave — instalaciones de generación eléctrica y líneas de transmisión —, garantizando el suministro ininterrumpido de energía al sistema energético ucraniano. La inteligencia recopilada y el reconocimiento del terreno incluían el estudio de la ubicación de las unidades militares ucranianas y los servicios de seguridad encargados de la protección de la central nuclear. Durante la ejecución de la tarea, en el momento en que el hombre planificaba colocar el rastreador GPS en un soporte de la línea eléctrica, fue detenido por empleados del SSU. Durante la inspección, se le confiscó un teléfono móvil que servía como canal de comunicación con la inteligencia rusa. Esto constituyó otra prueba de actividad delictiva y confirmó los motivos de la red de espionaje. El detenido fue informado oficialmente de su sospecha por el artículo de sabotaje en condiciones de estado de guerra. Actualmente, se encuentra en prisión preventiva sin posibilidad de fianza. Las autoridades aseguran que el criminal enfrentará la máxima sanción — cadena perpetua con confiscación de bienes, que es la pena prevista para delitos particularmente graves contra la seguridad del Estado. Este incidente ratifica una vez más el alto nivel de amenaza por parte del agresor y la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en las instalaciones de infraestructura crítica. Las estructuras presidenciales y gubernamentales ya han respondido a la situación, destacando la importancia de reforzar la lucha contra las actividades de espionaje rusas y de incrementar el nivel de preparación de las agencias de seguridad y defensa de Ucrania. Ucrania continúa combatiendo no solo en el frente, sino también en la lucha informativa y en operaciones de sabotaje y desestabilización, protegiendo su independencia e integridad.