En Rivne, agentes de los servicios especiales ucranianos y de la policía desmantelaron un ataque terrorista a gran escala organizado por instrucciones directas desde el Kremlin
Según datos preliminares, en la región fueron detenidos dos jóvenes de 18 años, quienes estaban siendo reclutados por los servicios especiales rusos para preparar y realizar acciones delictivas contra la sociedad ucraniana. Su intención era, justo antes de los eventos trágicos, intentar hacer explotar un grupo de investigación y operativo de las fuerzas del orden utilizando explosivos caseros controlados por radio. El incidente ocurrió el día en que la policía recibió una noticia sobre un asesinato en uno de los edificios abandonados en Rivne. Una patrulla de investigación llegó al lugar para esclarecer las circunstancias de la tragedia. Sin embargo, en su camino los esperaban dos explosivos caseros controlados por radio y encriptados. Por suerte, las fuerzas del orden detectaron a tiempo las señales de preparación para un ataque y lograron evitar víctimas. Los dispositivos explosivos fueron colocados cerca del lugar del crimen en un edificio en desuso, lo que daba a los sospechosos la posibilidad de activarlos rápidamente mediante una orden de sus instructores desde el extranjero. Según informan la Seguridad de Ucrania y la Policía Nacional, durante la inspección del territorio con ayuda de especialistas en explosivos se halló un artefacto explosivo adicional, que no llegó a detonar. En el marco de las operaciones, los delincuentes fueron rápidamente arrestados. Se descubrió que los dos jóvenes de Rivne, de 18 años, actuaban bajo la dirección de los servicios especiales rusos, recibiendo instrucciones y componentes para fabricar explosivos. Los criminales prepararon de antemano dos dispositivos caseros equipados con granadas de mano, tornillos y teléfonos con botones para control remoto. Todos los componentes, según indicaron los investigadores, fueron extraídos de un lugar determinado, señalado por sus instructores desde Rusia. De acuerdo con las pruebas recopiladas, los detenidos prepararon trampas especiales alrededor del lugar donde colocaron los explosivos, instalaron sensores de movimiento y cámaras de video con acceso para control externo, lo que les permitía monitorear la situación de forma remota y activar los explosivos en el momento necesario. Las fuerzas del orden, con la asistencia de unidades especiales, realizaron las detenciones en los domicilios de los sospechosos. Ya se les informó de la sospecha formal por cometer un delito según el artículo 258 del Código Penal de Ucrania — acto terrorista. Bajo este artículo enfrentan una condena de hasta 10 años de prisión con posible cadena perpetua. Actualmente, se llevan a cabo acciones investigativas para esclarecer todos los detalles del caso y localizar a otros posibles participantes en esta red delictiva. Ya se sabe que estos dos sospechosos también recibían instrucciones y materiales de sus instructores rusos con el objetivo de desestabilizar la situación en Ucrania y generar pánico entre la población. La investigación continúa respecto a sus cómplices y quienes pudieran ayudarlos a mantener y colocar artefactos explosivos. Las actividades de los servicios especiales rusos en territorio ucraniano están siendo cada vez más descubiertas y públicamente expuestas. Las fuerzas de seguridad ucranianas combaten con toda responsabilidad cualquier manifestación de terrorismo y actividades hostiles. La detención de estos jóvenes, que actuaban por órdenes del enemigo, confirma que las fuerzas de seguridad de Ucrania son capaces de reaccionar rápidamente incluso en las situaciones más complejas, y que Ucrania permanece firme en su lucha por la integridad territorial y la seguridad de sus ciudadanos.